domingo, 16 de noviembre de 2014

FLEXIBLE

El tiempo pasa muy rápido. Medio año de mi "nueva vida" y sigo en situación de adaptación. Pero quizá esa situación no sea algo que se tenga que acabar, simplemente es la vida que va avanzando y van sucediendo cosas.

En los últimos meses he tenido momentos de tocar fondo, con la comida, bebida, sexo, drogas y rock n' roll producto del desequilibrio en el que me hallaba (me gusta la dramatización).
Me he sentido en una nube, sintiéndome mal conmigo misma pero a la vez viendo pasar la vida como si yo no formara parte de ella, sin tomarme ningún momento para contemplar las cosas y reflexionar desde mi perspectiva sana. Pero el otro día con la psicóloga (que para eso voy), me di cuenta de que tampoco había sido tan así y que estaba haciendo cosas para mí.

Estoy en una situación que no me motiva y me he sentido muy culpable por ello. Sin ganas de levantarme por las mañanas, de ir a trabajar, deseando acabar, sintiéndome perezosa por ello. Pero creo que puedo aceptar que pueden haber cosas que me gusten y otras que no, y a veces hay que relajarse un poco y aceptar el momento y no machacarse tanto.
Al decir eso así me he sentido rara. Cada día se me hace más fácil levantarme, hacer las cosas, el tiempo pasa más rápido, hasta me he sentado un rato a estudiar medio motivada. Y me he sentido muy rara porque es como que al aceptar las cosas me falta una mosca en la oreja, una de las tantas que tengo, que aún no he conseguido matar a todas. El sentimiento es casi un poco negativo porque a la vez parece que me ha vencido y he cedido, pero esa es la forma peculiar que tiene mi mente de contarme las cosas. Y tan mal no me puede ir cuando noto que cada día voy avanzando un poquito más hacia la luz.

Yo haciendo la mongui.
Y fue después cuando la psicóloga me dijo: estás intentando ser FLEXIBLE.

:O ¡Pero qué sorpresa! ¡con que eso es ser flexible! Como lo he sido muy pocas veces no sabía lo que se sentía, ¡pero al parecer es eso! Osea, ¡que estoy aprendiendo! Estoy aprendiendo a ver más colores a parte del blanco y el negro y a ser comprensiva y no tan extremista.

Pero a la vez también han sucedido cambios externos que me están ayudando como una mudanza y una estupenda compañera de piso. Algo a resaltar aquí es que puede que haya habido un cambio externo que me ayude, pero la que ha hecho que se produzca ese cambio he sido yo, así que por mucho que a veces sienta que me he abandonado, en realidad sigo luchando por intentar estar mejor cada día.

Ahora estoy mejor, llevo un tiempo sin ir por la calle pensando en lo que me iba a comprar en cada panadería que apareciera por mi camino, aceptando mis sentimientos, aceptando que puedo estar cansada y puedo dormir sin que ello signifique que soy perezosa y así no tener que callar a mi cabeza con mi droga particular. Sigo teniendo momentos, claro que sí, alguno con compensación después... pero no pasa nada, porque sé que estoy atacando el problema desde el punto exacto aunque mi cabeza me siga pidiendo que haga dietas y que me machaque cada vez que coma un trozo de bizcocho aunque no forme parte de un atracón, es muy normal después de tantos años, las cosas no cambian de la noche a la mañana.
Sigue sin venirme el abrigo del año pasado, pero ¿y qué? me he comprado otro,jaja. No tengo por qué sufrir por ello (ohhh por qué? por qué a mí? qué le he hecho yo a este mundo para merecer esto?) y ser tan tremendista y victimista como siempre. ¡Puedes seguir haciendo las mismas cosas aunque no te venga ese abrigo mujer!  ¡Sigues siendo igual de preciosa! Y cuanto más trabajes en intentar mantener tu equilibrio interno más brillo saldrá en tus ojos.
CREE EN TI.