lunes, 27 de enero de 2014

CONSCIENTE DE LA INCONSCIENCIA



CONSCIENTE DE LA INCONSCIENCIA:

-Descubrimos que es el ego y empezamos a darnos cuenta de que estamos identificados con ese falso yo.
-Seguimos reaccionando impulsivamente, pero tomamos conciencia de que cambiar esa actitud tan nociva sólo depende de nosotros mismos.
-Empezamos a tener control sobre nosotros mismos y somos en parte responsables de nuestros actos.
-Seguimos siendo esclavos de nuestra mente, pero en ocasiones conseguimos crear cierto espacio para no identificarnos con nuestros pensamientos.
-Pensamos en el pasado y el futuro, pero intentamos centrarnos en el momento presente. 
-Sufrimos, pero poco a poco dejamos de culpar a los demás, empezando a aprender de nuestros errores.
-Necesitamos evadirnos y narcotizarnos, pero lo llevamos a cabo <<conscientemente>>.
-Creemos que la vida tiene el sentido que le queremos dar.

"Encantado de conocerme" B. Vilaseca.


Hay cuatro escalones evolutivos de la consciencia, yo puedo decir que he subido el primero y que me encuentro en el segundo, soy consciente de la inconsciencia, pero aún me queda un largo camino por recorrer.

No fue fácil darme cuenta lo que le hacía a mi cuerpo.
Durante años me machaqué por ser como era y por pensar que comía porque era una cerda y ya está. También podía pensar lo típico que se dice, de que cuando estás nerviosa o cuando tienes algún problema te da por comer... y cosas varias. Pensar, pensé mil cosas, con lo que a mí me gusta pensar... pero no fue hasta un día concreto en el que me di cuenta del poder que tenía la comida en mí.

Yo siempre me he considerado una persona tranquila y paciente pero me he dado cuenta que... una mierda. La profesión se lleva por dentro y yo la calmo engullendo "like a pig".

Realmente, después de un atracón, a parte de sentirte como una verdadera cerda de cuadra, si te fijas bien, hay otros cambios que son, yo creo, los que hacen que esta conducta se perpetúe en el tiempo.
Realmente el nerviosismo que había antes del atracón, la tensión muscular corporal, desaparece totalmente, el cuerpo se calma y se relaja. Y esos pensamientos que no paran de rondarte la cabeza, los que hacen que tu cuerpo acabe con esa tensión, esos pensamientos también se calman y te dejan en paz por un momento.
Todo se paraliza y encuentras un poco de calma. Obviamente sé que tod@s cambiariamos esa calma por no tener esta conducta.

Parece obvio, ¿verdad? Pues a mí me costó mucho darme cuenta de lo que me estaba haciendo, era tal la desconexión con mi cuerpo que no me estaba dando cuenta de lo que le hacía, era inconsciente, estaba mirando el primer escalón y no me atrevía a subirlo.

...

Las situaciones extremas nos llevan a conocernos mejor a nosotros mismos. Como he dicho yo siempre me había visto como una persona tranquila, poco preocupada, pero ahora le he visto otro sentido a mis atracones. Son la tapadera de lo que realmente me preocupa, son la tapadera del miedo, que es tal que no quiero ni nombrarlo. Es una forma de evadirme de él, de evadirme del aquí y el ahora. Es una excusa para evadirme de lo que no controlo, de lo desconocido. Mientras como estoy en cualquier otro lugar menos afrontando lo que tengo delante.

Porque aunque flagelarme y pegarme atracones es algo que no me gusta, me amarga la existencia y me sume en la oscuridad y en la tiniebla, por lo menos es algo conocido, un comportamiento de muchos años y que dentro de la incomodidad, me siento cómoda.
Así que ante una situación de adversidad, ante algo desconocido, ante la duda... me dejo llevar por el atracón y la culpabilidad en vez de enfrentarme a la realidad donde debo trabajar y luchar.

Darme cuenta de ello me ha hecho sentirme débil, frágil y fácil de vencer. Antes era insconsciente, pero por lo menos me hacía sentir que era fuerte, pero quitarme la venda y darme cuenta de lo que en realidad es, me ha hecho temblar.
Sé que soy perfeccionista (no porque lo diga yo, sino porque me lo han dicho) y a veces quiero ser tan perfecta que me odio por sentir, y ahora simplemente me he dado cuenta de que soy una persona y sentir miedo no me hace más débil. Supongo que es un sentimiento como cualquier otro. La debilidad sería paralizarme ante él y no plantarle cara.
Supongo que darse cuenta es el primera paso para poder llegar a manejar esto, y si lo escribo es porque realmente no fue fácil para mí llegar a este punto y ahora  que es una situación algo extrema, es donde realmente me estoy conociendo.
...

Nunca creí que llegaría a escribir tan abiertamente sobre mi problema (podría hacerlo aún más...), colgarlo en un blog y compartirlo con la gente.
Antes de este blog empecé como cinco más, pero por vergüenza, siempre acababa borrándolos.
Este lo empecé como salida, como grito de algo que no podía soportar más y que yo quería cambiar. Cuando lo escribí (pensando que alguien lo iba a leer), mi mente se preparaba para recibir algún comentario al estilo de: Cállate gorda.
Pero no fue así.

El primer comentario que recibí, a parte del de dos de mis amig@s cobaya, fue el de una chica que me dijo que le encantaba lo que había escrito -y ahí van las palabras mágicas...- A ELLA LE PASABA LO MISMO.
Cuando lo leí empecé a llorar como una tonta. Sólo por una persona que me  decía que me entendía y que pasaba por lo mismo me hizo sentir que no estaba sola y que no era un un bicho raro.

Y las personas que me habéis dicho después que os gusta como escribo, que os sentís identificad@s, que parece que esté contando vuestra vida, que soy vuestra voz... muchas gracias porque a mí me habéis hecho sentir como nunca me había sentido, he dejado de ser el perro verde (aunque bueno siempre me ha gustado ser especial ^^¡pero no por esto por favor!).
Es raro que alguien que no pasa por esto te comprenda, pero sólo hay que dar con las personas indicadas o con  el foro indicado ;) que creó Yolanda de vivir para comer y la gente maravillosa que hay ahí. Muchas gracias.

Y por eso voy a seguir escribiendo, porque sé que al igual que yo, hay gente por ahí que se puede sentir igual de bien que yo cuando escribo estas líneas y porque si descubro algo en mí que me haya servido y puedo compartirlo, seguro que hay alguien al que también le pueda servir (aunque a veces me salga escribir cosas no muy constructivas...).
Bueno, no me lee tanta gente, jaja, pero quién sabe si al igual que yo encontré el foro en un momento de bajón, alguien me puede encontrar a mí y sentirse mejor?
Nunca sabes por donde te puede llevar la vida.
¡Ah! pero sobretodo lo hago por mí, que no se me olvide :)

lunes, 20 de enero de 2014

ASERTIVIDAD CERO



Parece una campaña en contra de la asertividad, pero ni mucho menos.
Cero asertividad es la que yo tengo.

No es algo que me pille de sorpresa, pero hoy me he dado cuenta de que debería trabajar más en ello.

Ha sido una tontería, pero tengo una capacidad para darle importancia a las pequeñas cosas...
Estaba en el gimnasio (base de mi vida ahora mismo más estudiar, comer y pensar...), he cogido sitio con mis cosas en la clase y cuando he vuelto había una chica (algo más joven que yo, de instituto) justo detrás(que no estaba cuando yo he dejado las cosas, según mi visión del asunto..)  y cuando he quitado las cosas para ponerme, me ha dicho que ahí iba a ponerse ella.
Mi primera reacción ha sido de pensar que yo me estaba equivocando, que estaría ella primero, pero luego he pensado que yo no la había visto antes. La reacción que me ha salido ha sido ir de víctima y decirle con tono de niña de 4 años: jooo, que yo he dejado las cosas antes, además soy bajita y no te tapo, pero bueno, no sé...
Ella al final ha dicho que daba igual y se ha puesto detrás, y yo, me he sentido mal y le he dicho que se pusiera delante, que me daba igual.

Al final no se ha puesto, pero ya ha sido suficiente para que yo no parara de darle vueltas al asunto y pensar que me estaría odiando y a saber qué más estaría pensando de mí... Hasta se me ha pasado por la cabeza cogerle yo el sitio el próximo día y decirle: ¡Mira, te he cogido sitio! ¿Has visto qué simpática soy? ¡No me odies por favor! ¡No soy mala persona! ¡Quiéreme!

Bueno, no le diría todo eso, pero me he dado cuenta de hasta en que punto me puedo poner con tal de sentirme aceptada.

Supongo que todo esto vendrá de la pobre niña gorda que tenía que hacer malabarismos para caerle bien a todo el mundo y no sentirse rechaza. Mira que me está costando soltarla a la jodía. Si tan sólo la pusiera a la altura del resto del mundo...

Supongo que tengo que mirar lo positivo del asunto y ver que por lo menos mi respuesta no ha sido de esconder la colita enseguida y, que por lo menos a mi forma (o hasta que me entrene en hacerlo de otra manera) he defendido mi posición.

Puedo decir: ¡A partir de hoy seré una persona asertiva! Pero la cosa no funcionas así.

Primero hay que entrenarse en saber decir las cosas en el momento, porque a mí siempre me pasa que me quedo sin palabras y me vienen cuando ya no es hora de decirlas... y luego cuando las tengo que decir, ¡no me tengo que sentir mal por decirlas! Tengo todo el derecho del mundo, al igual que cualquier persona, a defender mis derechos y a dar mi opinión. Basta de empequeñecerme y de pensar que todo el mundo está por encima de mí o de pensar que por compartir mi opinión me van a rechazar. Unos lo harán y otros no, pero esto es la vida y no hay que sufrir tanto por ello.

¿De qué sirve el esfuerzo de caerle bien a todo el mundo si no eres fiel a la persona con la que tienes que mantener la mejor relación?
Muchas cosas en mi vida llegaron donde no tenían que llegar por no decir las cosas a tiempo o por decirlas todas juntas en un mar de ira... pero no me culpo por ello. Esas experiencias me han servido para aprender y ahora me toca ponerlo en práctica.

Hoy ha sido una tontería, pero mañana quizá no y no voy a dejar que pisoteen a esa niñita que aún no ha comprendido que no hace falta hacer tantos esfuerzos para recibir el cariño de la gente, que a ella la gente que le quiere, la quiere tal y como es y que me tiene a mí para quererla, saber lo quiere, y luchar por ello.
 Así que a practicar esa asertividad, lo siento por l@s que estén a mi alrededor y me sirvan de entrenamiento :P

Es que ya me veía diciéndole a mis futuros pacientes: Usted tómese esto, ¡pero si quiere eh! que yo no soy nadie para decirle nada. 

Aish... cabeza loca...


domingo, 5 de enero de 2014

EL MEJOR REGALO QUE ME PODÍA HACER



Querida niñita de mi corazón,

Las ideas que has tenido en tu cabeza durante mucho tiempo te han estado haciendo mucho daño y va siendo hora de que me hagas caso y cambies esas distorsiones.

Esas ideas que creías que te imponían pero a la vez que veías tan propias, juicios que sentías con mucha presión, que te hacían sentirte juzgada... ¿sabes qué? me he dado cuenta de que la persona que te impone esas ideas y la persona que las contradice, son la misma, tú.

Así que igual que te dices que no sirves para nada y te haces sentir culpable por lo que deberías estar haciendo y no haces, ¿por qué no eliges recordarte cada día lo positivo y hacerte entender que esos deberías son sólo imposiciones de tu ego y que tú ya sabes lo que tienes que hacer para sentirte bien sin tener que estar pensándolo constantemente y haciéndote sentir mal por todo?

¡Quítate esas ideas de la cabeza y esas justificaciones absurdas!

"Es que yo no me quiero", "Es que tengo baja autoestima". ¿De verdad crees eso? Si de verdad crees eso, seguirá siendo así. Pero mira bien. Nunca he visto a una persona luchar más por su bienestar tanto como a ti. Sin saber cómo ni qué, te pusiste en marcha. Sabías que había algo en ti que no te hacía sentir bien y que necesitabas aprender muchas cosas para cambiarlo.

Empezaste con un libro, dos, tres... cursillos, terapeutas... Siempre en la búsqueda de aquello que te hiciera sentir bien y te hiciera sentirte en paz. Siempre saliendo de tu zona de confort, probando cosas nuevas, nuevos hábitos de vida, de pensamiento... intentando dejar los viejos atrás.

Y claro, en esa búsqueda te has tropezado, pero siempre has sido y serás capaz de levantarte y seguir, porque eres una persona fuerte y constante.

En esa búsqueda has encontrado cosas que te hacían sentir bien y otras que no tanto... y en esos puntos la cosa se ponía bastante tensa... Porque ¿cómo te podías sentir mal si estabas trabajando tanto en hacerte sentir bien? Pues cariño, a veces hay que probar las cosas para saber lo que NO se quiere. La vida consiste en eso, ensayo-error aprendizaje.

"Yo es que soy tonta" "Yo no valgo para esto". Nadie viene al mundo enseñado. ¿Tonta? Eres médica si hablamos de ese tipo de inteligencia... y si hablamos de otros... no sabes la riqueza que albergas en tu interior.
Eres curiosa. Las cosas que te interesan las buscas. No te sientas mal por no saberlo todo de todo, si no puedes seguir una conversación sobre política o economía hasta el punto donde te gustaría seguirla, no te sientas tonta, simplemente es un tema que a ti no te llena el alma y pues del cual estás menos actualizada... y si te apetece saber pues escucha y empápate de la sabiduría de los demás. Tú tienes otras muchas cosas que compartir. ¿Qué aburrido sería el mundo si todos supiéramos lo mismo, no? Y tú sabes mirar por encima de eso.

"Soy una persona perezosa" "Soy una vaga". ¿En serio? ¿Por qué no te centras en lo que haces y no en lo que dejas de hacer? No te midas por la cantidad. Todos tenemos días un poco más flojos, eres una persona. Tienes derecho a estar cansada, a no ir un día al gimnasio si hace frío ¡y NO sentirte mal! ¡Escúchate! No le hagas caso a ese juez interno que tienes tan desarrollado... ese es sólo un mecanismo que copiaste y te ayudó quizá  en su momento para ponerte en movimiento, pero ya no te hace falta, dile adiós. Deja de conectarte con él y de darle poder sobre ti. El poder es tuyo.

"Es que los demás pensarán..." "Seguro que la gente opina..." 1º Que piensen lo que quieran. 2º Seguramente la realidad que tú te pintes en tu cabeza sobre lo que piensen los demás será muy distinta a la que en realidad es. 3º Cuando pienses en lo que pensarán los demás, piensa en lo que tú estás pensando realmente de ti. Se parece mucho, ¿verdad?.  No pienses tan mal de ti, hazte el favor.

Nunca dejes de ser quien eres por alguien. No hagas cosas que no salgan de ti por agradar,  no por nada, si no porque tú ya eres fantástica tal y como eres, y si encima tus acciones van en sintonía con tu esencia... lo único que puede salir de ti es algo maravilloso, créetelo.

"¿Por qué a mí?", "Es que los demás seguro que..." No te compares con los demás. No tengas "envidia de la felicidad ajena". Sólo cada uno sabe la batalla que ha tenido que librar con la vida. Cada uno es como es por lo que ha vivido. Tampoco es oro todo lo que reluce. Céntrate en ti, sé tú contigo misma, no hay nada más.

"Tengo la culpa de todo" Sentirte culpable no te va a hacer mejor persona. Entre unas cosas porque ya lo eres, entre otras, porque eso sólo te encerrará en un bucle de sufrimiento que irá apagando tu luz y te llevará a hacer más cosas que no estén en armonía contigo y te harán sentir peor.

Te has dado cuenta y pronto, de que la clave está en el momento presente, en el aquí y ahora. Aquello que una vez viste como una tontería es la clave del vivir en paz con una misma. AQUÍ no hay culpabilidad, sólo aprendizaje, experiencia y luz para seguir. El AQUÍ no te crea la ansiedad de lo que fue o de lo que será porque AQUÍ ES, y lo controlas. Y cuando ves que vuelve ese sentimiendo de inquietud a tu interior es porque has dejado de estar AQUÍ. Mira AQUÍ, mira a tu alrededor, ese sentimiento no existe AHORA.

Por favor, recuerda mis palabras, porque alguna vez las tendrás que repetir por mí. Todos cometemos errores, incluida yo, y puede que en algún momento se me olviden y haga algo que no nos vaya bien. Pero en cada momento intentaré hacer lo mejor posible con el conocimiento que tenga. Cuidaré de nosotras todo lo que sepa e intentaré aprender.

"Ya te quiero yo, mi amor, mi niña.... Me tienes aquí siempre contigo, metidita aquí en el corazón...Para toda la vida ya seremos una, gozando de todo y padeciendo también, tú no te preocupes si se pone negro, que para eso estoy yo pa' cuidarte muy bien."

Rumbita del sano amor.



Facebook y Twitter

miércoles, 1 de enero de 2014

2013, EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Quería hacer un balance del 2013 y vaya, creo que he contado mi vida demasiado... pero es lo que me ha salido, y ¡¿por qué me tengo que justificar?! (A ver si durante este año aprendo aún más a hacer lo que me de la gana   ^^). Es lo que me ha salido, me sirve a mí y me apetece compartirlo, punto pelota. 

El año comenzó un poco descontrolado.
Venía de un año en el que había conseguido tener control sobre mi vida, o eso creía yo. Había conseguido tener un equilibrio más o menos constante, o eso creía yo. Había perdido el peso que me sobraba (sí, ya, siempre todo ronda en torno a lo mismo, pero forma parte de mi cabeza y no puedo ignorarlo), había conseguido mantener unos hábitos de vida saludables, el deporte era un placer y no una obligación (algo que años atrás me hubiera parecido impensable, ¡punto para mí!). Me sentía bien conmigo misma porque esos cambios habían durado muchos meses y era algo que no habría imaginado. Había empezado a trabajar en mi interior, aunque quizá el abordaje no fuera el adecuado. Por un momento llegué a imaginarme que el ser glotón de mi interior había desaparecido, o que si estaba era mucho más débil y podía controlarlo mejor. Y eso no era del todo mentira, pero tampoco era del todo verdad.

Comencé el año sintiendo impotencia hacia mí y hacia mi problema. El ser ansioso devoralotodo estaba presente otra vez. Se apoderaba de mí en muchas más ocasiones de las que hubiera querido. Me hundía completamente en esos momentos. ¿Por qué? ¿Por qué con todo el trabajo que había estado haciendo el año anterior? ¿Por qué no puedo controlarlo otra vez? ¿Por qué? ¡No puedo!¡No puedo más con él! ¡Está acabando conmigo!
Había tocado la luz y estar en la mierda otra vez era algo insoportable, mucho menos soportable que antaño, ya no estaba acostumbrada a estar ahí, me dolía mucho más cada vez que me maltrataba de esa manera con la comida, era un dolor insoportable, no podía más.
Los días pasaban, los kilos se acumulaban, el dolor crecía en mi interior, volvía a sentirme pequeñita, una mierda insegura e impotente que no podía consigo misma.

Así que desesperada, en vez de darme por vencida (cosa que también pasó por mi cabeza), decidí moverme. No sabía qué hacer, no sabía por donde avanzar. Tenía a mi coach y amiga que me ayudaba todo lo que podía y más. Pero nunca nadie puede resolver tus problemas o "arreglarte", lo único que pueden hacer es ser una luz que te guíe en la oscuridad, que no es poco, pero hay algo que tiene que salir más de ti.

...
Siempre le había tenido mucho miedo a mi casa. En vez de verla como lugar de descanso, como mi casa, lugar donde poder hacer lo que te salga de... dentro, yo la veía como mi completa enemiga. Estar en casa significaba comer, más bien tragar. Creía que por el hecho de vivir con mis padres y no sentirme como ser responsable de mis actos y delegar mis responsabilidad sobre ellos (que no era del todo así, pero ya sabemos las distorsiones de la mente), en casa yo volvía  a ser la niña a la que le tienen que decir las cosas para que las haga. Traducido en otro idioma, creía que los atracones fuera de casa no existirían. Le cogí mucha manía.

Había estado muy mal y yo quería hacer lo mejor para mí, así que decidí que me tenía que ir de casa si quería acabar con este problema que me estaba ahogando y que me hacía no ver más allá.

Decírselo a mis padres fue un gran paso. Yo la verdad que siempre he sido de expresarme poco en casa, y sobre lo que cuento aquí ellos sabían poco o nada. Y bueno, a parte del apoyo que se pueda necesitar de los padres, por qué no decirlo, necesitaba el apoyo económico.

Recuerdo el día que se lo dije como si fuera ayer. Era finales de febrero, estaba cosiendo mi disfraz de carnaval, y obviamente sabía que la noticia les iba a pillar por sorpresa. Así sin más, sin saber lo que yo estaba sufriendo por dentro, de repente les suelto que me quería ir de casa, que había estado viendo pisos y que me iba. Que lo había estado pasando muy mal, ya no durante estos últimos meses, si no que durante toda mi vida, que tenía un problema y necesitaba espacio. Todo esto en un mar de lágrimas y desesperación (pero que dramática soy xD).

Es un resumen, pero fue una conversación que duró semanas y que aún hoy tiene transcendencia. Mis padres, a parte de sentirse culpables por haber estado "ciegos" todo este tiempo, por sentir que no habían hecho lo suficiente (distorsiones)... supongo que reacción normal de todo padre, decidieron apoyarme en lo que yo decidiera.

Así que en marzo me mudé a un piso de estudiantes y además, decidí acudir a una terapeuta para que me alumbrara un poco el camino. La mejor decisión que he tomado en mi vida.

Durante las primeras semanas en el piso muy bien, pero al final... a mi NO sorpresa, a pesar de estar fuera de casa de mis padres, volvía a suceder los mismo. Vaya, ¿y ahora qué? ¿Me tenía que sentir peor? No tenía por qué, pero sí lo hacía. La mierda volvía a cubrirme, pero estaba vez aún me dejaba respirar un poco gracias a la ayuda de todos mis apoyos y del  trabajo que estaba haciendo conmigo misma.

Algo que también creía que me alejaba un poco de ese ser era viajar sola, así que me fui unos días en Semana Santa. Me encanta viajar sola, pero nunca más lo haré con ese fin, tampoco era la solución.

Estaba acabando la carrera, tenía la presión de no suspender ningún examen para poder seguir después con mi formación, volvía a vivir sentimientos de rechazo hacia mi misma, de odio, sentimientos superiores en intensidad a los que una simple ansiedad por acabar la carrera podía suponer.

Pero empezaba a ver el mundo diferente. Estaba buscando el cambio donde verdaderamente tenía que estar que era dentro de mí y estaba haciendo cosas que nunca creería que llegaría.

El curso acabó bien, la fiesta mejor. Y vacaciones, las vacaciones soñadas. Viajes y fiestas con es@s maravillos@s amig@s (aunque como sabemos, cada uno tienes sus cosicas :P). Tiempo libre para pasarme horas en la cafetería leyendo, pasear horas por el campo y la playa, disfrutar de la compañía.

También estuvo la graduación. Echarle horas en la preparación y pasar muy buenos momentos haciéndolo. Y algo de lo que me sorprendí a mi misma: salir candidata para el discurso de la graduación y salir elegida. Antes ni me lo hubiera planteado (por eso de creer que todo el mundo me odiaba...), así que ¡punto para mí! Además fue una experiencia extraordinaria.

Decir adiós a grandes amigos, también formó parte de ese año.

Allá por julio se produjo otro cambio externo, volví a casa de mis padres comencé la preparación de la oposición, algo de lo que prefiero no hablar mucho hasta el mes que viene...
Pero lo que sí que es verdad es que, por los menos durante lo primeros meses, es algo que me ayudó a disfrutar de cualquier pequeño momento como si fuera el último, ya que teníamos pocos ratitos para nosotros.

Hubieron momentos de dudas. Empezaba a indagar en mi interior y empezaba a sentir que durante todo este tiempo no había estado en contacto conmigo misma, que simplemente había actuado guiada por los juicios de los demás, siguiendo el rol que me habían impuesto, o eso creía yo. Acabar una carrera que ni siquiera sabía si la había hecho por mí o por seguir acorde a mi etiqueta de niña buena y estudiosa... Dudas. Dudas normales que supongo que surgen cuando buscas en sitios donde nunca antes habías mirado. Empezar a dudar de ti misma, a no saber quién eres. Un sentimiento que nunca antes había tenido, consecuencia de empezar a ordenar ese trastero que llamamos mente y a empezar a mirar con la mirada correcta en él. Duro trabajo, pero es el único que sirve.

He escrito mucho, cosas inconexas quizá, y muchas otras cosas se quedan en el aire. Cometí bastantes errores, bueno, no sé si llamarlos así, pero hice o dije cosas que ahora mismo no diría. Pero ¿sabes qué? eso es experiencia. Miro atrás no para quedarme empapándome en la mierda, sino para aprender de ella. Para conocerme y aprender, sobretodo APRENDER. De eso se trata.

Este año he aprendido que la felicidad no está fuera, no está en otra casa, no está en un viaje, no está en el número en una báscula, no está en buscar, buscar, buscar fuera, si no que está aquí mismo, donde yo estoy. Está dentro de mí. Está en sentirme en paz con lo que hago, con lo que siento. Está en no ir tan en mi contra sino en comprenderme y darme apoyo. En saber que la única persona que va a estar conmigo toda la vida voy a ser yo misma, ¿y si no me cuido yo quién lo va a hacer? Porque a vivir no nos enseña nadie y sólo se aprende haciendo.

Y ahora en mi presente me quedo con lo que tengo. Con toda la experiencia acumulada, con lo que estoy haciendo conmigo misma, por mí. Con toda la gente que me rodea, me quedo con esa gente que ha estado desde hace muchos años junto a mí, con los que aparecieron en mi vida hace menos, con los que aparecieron en mi vida para enseñarme algo y luego se marcharon, con los que aparecerán y desaparecerán.

Año de cambios, de autoconocimiento, de aprendizaje.

Y el 2014 no va a ser menos. Tengo ganas de seguir viviendo, de salir al mundo, de actuar y de cometer errores, de aprender de ellos, de saber que lo que pase, será porque tenía que pasar, porque tenía una lección que aprender de ello y la voy a aprender porque es la única forma de enriquecerse. Aunque yo, no pido más, ya soy bastante rica.

Feliz año nuevo.