domingo, 25 de octubre de 2015

LA SUPERACIÓN DE LOS ATRACONES DE COMIDA II


Hace unos meses dije que me estaba leyendo este libro y escribí algo que me inspiraron las primeras páginas (link de la entrada) y hoy decido escribir sobre la segunda parte del libro.

Como dije, la primera parte del libro, es una visión "objetiva", basada en estudios sobre los trastornos de la conducta alimentaria (tca) y la segunda parte es un programa de autoayuda basado en terapia cognitivo-conductual. 

La idea del autor, a parte de poder usar el programa con ayuda de otros psicoterapeutas, te anima a que lo hagas tú de forma individual, aunque yo, ya digo, que no he podido.  La duración del programa debe ser de unos 6 meses, yo aguanté una semana, soy muy impaciente. 

Tampoco quiero revelar los secretos del libro, pero se basa en 6 etapas con las cuales poco a poco vas analizando tus conductas con una serie de tareas: apuntar lo que comes, hora, señalar cuando te das un atracón, si usas conductas purgativas...

Lo primero que sentí con lo de apuntar fue rechazo. Lo vi como una forma de culpabilizarte señalando cada atracón y de obsesionarte aún más con la comida apuntando al milímetro cada cosa que comes, pero en el libro explica que es una forma de no mentirte y de ser consciente de lo que realmente estás haciendo y ver qué puntos son susceptibles de mejora. 

En cada etapa y cada vez que pasas de una a otra, has de hacer revisiones y realizarte una serie de preguntas (están en el libro) para ver si estás preparada para pasar de etapa. Lo que veo yo aquí a la hora de hacerlo solo, es que la visión va a ser totalmente subjetiva. Quizá haya puntos que tú los consideres atracón y otros que quizá estés restringiendo comida pero a tu forma de ver no lo consideres así, porque tenemos distorsiones, y esto, a menos que alguien de fuera te lo diga, es difícil darte cuenta por ti misma. 

En una parte del programa te dice que te marques unos horarios y escribas sobre qué horas harás las ingestas. Aquí también sentí rechazo. Pienso que hay que aprender a escuchar al cuerpo y comer conforme a lo que el cuerpo te pida (y te dejen tus horarios), pero lo que el libro tiene razón, es que con este problema alimentario, podemos llegar hasta tal punto de desorganización alimentaria en el que hayamos perdido las señales del cuerpo y primero tenemos que empezar por unas pautas para poder coger un ritmo biológico óptimo para poder llegar a sentir y saber qué es el hambre físico. 

La etapa 4 habla sobre la RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS, yo diría que la parte más importante. Cuando comemos nivel atracón no comemos por comer, sino por no hacer frente a un problema que en ocasiones identificamos y otras es más difícil de definirlo, pero supongo que con la práctica, cada vez es más fácil.
Adelantarse a la ansiedad, identificando el problema y ponerle solución, es una herramienta muy útil de evitar atracones. 

Creo que este tipo de terapia está bien indicada para este tipo de problemas pero que no sólo nos podemos quedar con eso. 

Yo me quedé con la primera semana de apuntar todo lo que comía... pero al final pasaron los días y lo dejé. Ahora he vuelto pero pero con la ayuda de una terapeuta experta en tca. No sé cuales serán los resultados, pero está claro que necesito ayuda.


sábado, 3 de octubre de 2015

CON EL CULO AL AIRE

¡Mírala! ¡ya está con la teta fuera!

Meses, años, décadas podría decir que me ha costado poder enseñar mi cuerpo sin vergüenza, caminar por la playa en bañador sin pensar el que dirán de mí, salir a bailar como si estuviera sola en la discoteca, dejar que me metan la polla a cuatro patas sin pensar en lo grande que es mi culo y en lo desagradable que le pueda parecer al personaje al cual le doy la espalda.

El cuerpo es tu vehículo, el que lleva a cabo las acciones, el que ejecuta, el que expresa, el que impone, el que intimida, el que sale a la calle a comprar, el que va a poner una queja, al que observas atentamente cuando ese ser te hace una pregunta, el que pide, el que besa, el que folla, el que abraza, discute y baila.
¿Cómo se puede hacer todo eso si te envías a cada momento mensajes de rechazo y vergüenza hacia ti? si te ves como un conejito en una madriguera escondiéndote de un cazador que te matará por feo, por gordo, por idiota.
¿Cómo se puede vivir así? No se puede.

Tu cuerpo lo tienes que mirar cada mañana, en ocasiones intentas obviarlo, pero es imposible, siempre está ahí, y cuando deje de estarlo, que lo dejará, ya no podrás volver a pensar en lo mucho que lo odiaste, en el tiempo y dinero que invertiste en intentar cambiarlo y los momentos que te perdiste por estar escondiéndote de la gente, avergonzada en tu cueva. Y a veces piensas que ese odio no depende de ti, porque lo tienes tan asumido, que crees que no hay otra opción.

Hay cosas que causan sufrimiento, cosas reales, cosas de carne, hueso y metal, cosas que matan y no te hacen más fuerte, pero conforme está montada la sociedad en la que vivo, culpa mía la primera, en mi mente eso pasa a un segundo plano.


Así que sí, enseño mi cuerpo, porque es mío, porque me ayuda a aceptarme y a quererme tal y como soy y ninguno de vosotros va a conseguir eso por mí más que yo, así que dejadme expresarme, porque sólo yo sé lo que he pasado y estoy intentando buscar la solución.

¿Quién es la tía buena esa que sale por ahi?


                                       
                                                                                                  

sábado, 29 de agosto de 2015

LA SUPERACIÓN DE LOS ATRACONES DE COMIDA I

LA SUPERACIÓN DE LOS ATRACONES DE COMIDA

CÓMO RECUPERAR EL CONTROL

Christopher Fairburn

Hace mucho que no me paso por aquí, he pensado muchas veces escribir pero estaba bloqueada y algo no me permitía expresarme y como esto no lo hago por obligación, decido escribir cuando me apetece. 

Me acabo de empezar este libro, sólo llevo un tercio leído pero hay varias ideas que me rondan la mente.

Su autor es un Psiquiatra que trabaja en la Universidad de Oxford y el libro se divide en dos partes. La primera parte de una visión general del problema, quizá para la gente que no esté familiarizada con estudios y con la jerga médica lo vea un poco más pesado porque explica el problema de forma más "intelectual" y no "emocional" como supongo que lo hará la segunda parte, que se supone que es una guía de autoayuda para personas con problemas de ingesta compulsiva, que aún no he llegado a leer. 

La primera idea que quería compartir es la vergüenza de la gente que sufre este problema (comedorxs compulsivxs) para compartirlo, cosa que hace que podamos sufrir el problema durante años sin pedir ayuda y pensando que sólo nosotrxs mismxs lo solucionaremos. 
En mi caso en concreto fueron como 10 años sufriendo en silencio (no hablo de hemorroides, ¡qué mal ha hecho la publicidad!) y cultivando enfermedades en mi interior tanto físico como psíquico. Sólo una vez que pude empezar a sacarlo a la luz, a buscar información, aunque fuera de manera anónima en foros u otros lugares, fue cuando me pude empezar a sanar. 
Esto es una llamada a toda esa gente que se encuentra aún dentro de su cueva esperando a que alguien venga a sacarlos, para toda esa gente que creía que eran los únicos raros como yo. Por eso lo comparto, porque no hay peor sentimiento que el de sentirse sólo en el mundo, el de pensar que tú eres defectuoso, que eres una vergüenza, que  no mereces ayuda... 
Cada uno vivimos nuestro proceso y da igual la edad que tengas,  nunca es tarde para compartir y para aprender, porque tu experiencia le puede servir a mucha gente y viceversa.
Aún por hoy sigo dándome algún atracón  y obviamente sigue dándome vergüenza que me vean comer y en muchos casos me sigue dando vergüenza compartirlo, pero he avanzado mucho, y si yo lo he hecho, ¡cualquiera puede! 
Compartiendo esto es increíble la gente que me habla diciéndome que les pasa lo mismo o que se sienten igual, cosa me que me hace sentirme más acompañada y además ¡acompañar! Algo que me parece precioso y a lo que ojala me pueda dedicar en el futuro (ahí mando visualización al universo...).

Otro punto que me ha parecido interesante es la diferencia entre sobreingesta y atracón. Sobreingesta, ese día de comida familiar en el que los platos se colman y acabas con sudores y con ganas de dormir la siesta, o ese momento en el que estás estudiando y picas más de la cuenta para intentar estar sentada en la silla, o cuando repites un trozo de tarta... Esto podría ser lo "normal" (odio esta palabra), lo que le puede pasar a cualquiera en un momento dado y que más adelante vuelve a hacer sus comidas normales. Pero la diferencia fundamental entre una cosa y otra es la sensación de pérdida de control y del sentimiento de culpabilidad, vergüenza y autorechazo que va después del atracón, mermando nuestra calidad de vida en el día a día.
Seguro que a muchas de nosotras, al haber intentado compartir con alguna amiga nuestro problema, hemos recibido alguna respuesta tipo "tranquila, si a mí también me pasa lo mismo", y nos quedamos con una rabia interior sabiendo que no es así, porque quizá de lo que está hablando es de sobreingesta y esos episodios no les produce ni ansiedad ni depresión (que también habrá gente a nuestro alrededor que nos comprenda, claro). 

Ansiedad y depresión, en lo que deriva y lo que le precede. Por eso el TRATAMIENTO NO SON LAS DIETAS
Es normal que gente como nosotras (la mayoría mujeres), estemos preocupadas por el peso por lo fácil que puede varias, y eso lleve a la obsesión de pesarnos, hacer dieta y hacer ejercicio, pero el tiempo y las hostias que te pegues al final te dirán que esa no era la solución. Al final aprenderás a hacer ejercicio porque te hace sentir bien y porque te gusta y aprenderás a comer lo que el cuerpo te pide porque te gusta y te hace sentir bien, pero eso sólo pasará una vez hayas hecho mil dietas, hayas tomado pastillas o te hayas puesto un balón intragástrico... y al volver a coger peso, el dolor interior sea tal, que no te queda sino probar otra cosa. 

Me ha hecho gracia una frase que dice en el libro: "...Algunos describían cómo habían reunido coraje necesario para ir al médico de cabecera sólo para escuchar que no podían tener un problema alimentario, ya que su peso era normal...". Aún queda mucho desconocimiento, pero aquí estamos para mostrar el problema y por lo menos crear un poco de empatía para los que no lo sufren. 

Mil cosas se me quedan en el tintero, pero mejor, así tendré ganas de escribir.

Si recomiendo este libro... pues no sé porque aún no me lo he leído, pero me parece bastante interesante porque nunca me había leído un libro sobre la ingesta compulsiva tan "científico" y porque cuenta un poco la historia del proceso. También son bastante interesantes los fragmentos que hay sobre experiencias de la gente para darte cuenta de que no estás solx.

lunes, 8 de junio de 2015

NUNCA

Nunca creí que volviera a estar tan mal. ¡Tenía la panacea en mis brazos! Había hecho terapia, había leído libros... Pero no era suficiente para borrar los traumas del pasado.

Hace un año que salí de casa, un año viviendo lejos de la familia, incorporada en el mundo laboral por primera vez en mi vida. Estaba dispuesta a aprovecharlo todo, a vivir segundo a segundo como había estado aprendiendo en la última etapa.
Pensé que tenía todo aprendido, que ya no podía caer, que si lo hacía sería con menor gravedad, pero no fue así.

De repente estaba llegando a casa hartándome a dulces y durmiendo hasta el día siguiente nada mas salir de trabajar porque no podía seguir despierta pensando en este mundo un minuto más. Cuando llegaba la mañana no quería levantarme, mil excusas pasaban por mi mente, me sentía mala persona, perezosa...  Después de 8 años asintomática, la colitis ulcerosa dijo: ¡Hola!, y no por casualidad.
Atracones con vómitos en una continuidad que ya no me gustaba nada, y total ¿para qué? El balance de la comida seguía siendo positivo, sólo que con dolor de cabeza añadido, petequias al rededor de los ojos, dolor de garganta y pirosis, para acabar exhausta y decirle al mundo hasta mañana.
No quería salir, me volvía a costar horrores contactar con la gente, volvía a darme vergüenza de mí misma, de lo que pudieran pensar los demás.
Me volví una mendiga de cariño, buscando el amor donde nunca lo iba a encontrar.

Mi ego dominaba mi vida. No veía nada. Sólo pensaba en que odiaba lo que estaba haciendo. No me atrevía a pensar más allá. Sólo quería que se pasaran los días y los años para acabar con esto, que ya que estaba con la mierda hasta el cuello no le iba a decir adiós. Me hizo odiar el sistema incluso le estaba cogiendo manía al lugar donde estaba. Cada día era un suplicio.

Y después dejé de sentir, no podía disfrutar de las cosas que me gustaban, las cosas que me hacían sentir bien no me producían ningún placer. Dejé de escuchar música, el gimnasio (cuando sacaba las fuerzas para ir) no me producía ningún sentimiento. No sabía que hacía aquí, no me hacía ilusión nada. Me desconecté de mí.
Los pensamientos negativos fueron los que volvieron a aflorar en mí. Mi envidia de la felicidad ajena... Todos eran más listos que yo, todos lo hacían mejor que yo, todos eran más felices que yo, todas eran más guapas que yo...

Tenía la sensación de que había desaprendido todo lo aprendido, pero un día, quizá por el cambio de situación o por la toma de antidepresivos... volví a reconocer a mi ego y a ponerle nombre otra vez a esos pensamientos que veía tan míos y tan ciertos en mi mente.

Cómo no reconocer que mi personalidad tiende al autosabotaje, tiende al victimismo, tiende a infravalorarse y a pisotearse ella sola y ponerse debajo de los demás, y ahora entiendo que da igual el contexto, que ese es mi caballo de batalla y es algo con lo que tengo que aprender a lidiar.

Sorprendentemente, lo que pensaba de mi cuerpo pasó a un segundo plano, no sé si en el sentido de "he tirado la toalla, paso de ti" o en el buen sentido de estoy intentando (aunque por algún momento sin conseguirlo) centrarme en otras cosas.

Sigo con altibajos pero algo ya es diferente. Tengo momento de sentirme bien, o de no sentirme tan mal. Aunque sólo basta que diga que me siento bien con mi cuerpo para que algo gire a mi alrededor y de repente me vuelva a sentir la amiga gorda de la que los chicos sólo se hacen su amiga por ser amiga de. Vuelvo a la adolescencia en ocasiones, pero ¿y qué puedo hacer? En mi cabeza es una lucha continua de frases que me dicen que no me compare con nadie, que cada uno tiene lo suyo... pero como he dicho, el autosabotaje y la masacre mental a la que estaba acostumbrada mi mente, vuelven a tener fuerza.
Me siento débil y un tanto falta de madurez, pero Roma no se construyó en dos días...y yo sólo tengo 25 años y he vivido mucho con estos pensamientos como para que se vayan de un día para otro.

Joder Natalia, date tiempo, compréndete, date cariño. Cada persona lleva su camino, es imposible comparar una manzana con una mesa porque no tiene ningún sentido.
Yo sé que a ti te gusta esto de sentir y dramatizar hasta lo más profundo de tu alma, pero al final la que sale perdiendo eres tú.
Sabes que igual que te desconectaste de ti te puedes volver a conectar, sólo hace falta algo de paciencia y volver a sentirte válida, no defectuosa.

Al fin y al cabo todo acaba en lo mismo. Unos utilizan el alcohol, otros, otros tipos de droga, otros la comida, otros se ahogan en trabajo y otros no son capaces de acabar con nada. Diferentes técnicas que tenemos para alejarnos de nosotros mismos y no sentir el dolor que podamos estar sintiendo en un momento dado. Pero eso forma parte de la vida y hay que aprender a sentirse, a estar en paz con uno mismo, a cerrar los ojos y sentirse a gusto en tu cuerpo sin tener que recurrir a ninguna sustancia u objeto.
Creo que el camino de mi vida se basa en encontrar eso. No quiero ser la mejor, no quiero ser la mejor en lo que hago si antes no he descubierto lo que realmente me gusta.
No he echado años a perder si han servido para conocerme y para aprender a vivir.

Nunca el tiempo es perdido.
Nunca digas nunca.

martes, 24 de marzo de 2015

¿LA GORDA O LA FLACA?

¿Quién soy? Crisis de personalidad. Así me siento ahora. ¿Quién soy? ¿La niña que se ponía ropa de tela de todos los colores posibles e incombinables o la que se pone falda corta con tonos oscuros y se pinta los labios? ¿La que habla por los codos y se ríe diciendo tonterías y guarradas o la que se queda en una esquina viendo como los demás hablan y comparten cosas más o menos importantes? ¿La que se levanta de la silla como voluntaria o la que espera a que llegue su turno con nerviosismo? ¿La que se queda en el sofá llorando o la que se levanta con gran fuerza para afrontar el nuevo día? ¿La que se decide en ir a un sitio o la que se queda dubitativa esperando a que los demás decidan por ella? ¿La que quita la ropa o a la que le quitan la ropa en el acto sexual?

Me temo que las dos partes están presentes y hay un 50% que no apruebo. No apruebo esa parte de mí porque no me hace sentirme "guay" supongo. Porque me hace sentirme criticada, criticada por mí y por la demás gente en mi cabeza. Supongo que las criticas imaginarias son las peores, pero si las hubiera de verdad ¿qué pasaría?.

Y estamos en los de siempre. Esto me hace sentir mal, pero aún peor el hecho de que me tenga que sentir mal por lo que puedan pensar los demás, porque me hace sentir que no soy fuerte, que todo lo que he anhelado ser no existe, esa mujer fuerte, que lucha por sí misma, que le da igual lo que digan los demás, que va a hacer lo mejor para ella y va a pensar en sí misma. Eso no existe.

Sueño en ser una supermujer. En romper todos mis roles, todas mis etiquetas, en que no me importe lo que piensen los demás, en no necesitar a nadie, en valerme sola, por mí misma, en saber expresarme, en saber luchar por mis derecho, en estar segura de mi misma. Y supongo que será mear muy alto.

El 50% que no me gusta es mi parte paralizada, la que mientras se queda sentada y callada, lo que realmente está haciendo es estar pensando en lo mal que lo está haciendo, en lo que estarán pensando de ella, en lo mal que afronta la vida. Y ella sola se va envenenando y contaminando de sus pensamientos inútiles mientras los demás están viviendo su vida sin ni siquiera pensar en mí, ni bien ni mal. 
Y supongo que por eso dicen que la gente extrovertida es más feliz.

Sé que mi misión ahora es conocerme, aceptarme y eso no se aprende si no saliendo al mundo y viviendo nuevas experiencias. También es una forma de tomar perspectiva de tus pensamientos y de ti misma y ver que no lo estás haciendo tan mal.

Por ejemplo, el otro día conocí a alguien, y yo siempre con mis inseguridades, pensando que de base yo soy peor que nadie, disculpándome por ser como soy... y luego me di cuenta de que quizá yo valía algo más de lo que me hacía valer... obviamente yo no me sentía más que esa persona, pero ¿sabéis el dicho ese de que cuanto más te conozco más quiero a mi perro? Pues eso.
Lo que quiero decir con esto es que hay que salir y conocer, si no siempre nos quedaremos que lo que tenemos es lo peor, o lo mejor según miremos, y no es del todo cierto, porque todo es comparable y los ojos con los que miramos las cosas pueden cambiar.

Y supongo que una vez más no me tengo que culpar por estar conociéndome, no me tengo que culpar por no saber qué hacer con mi vida, por no tener las cosas claras, por qué me tengo que exigir eso si he vivido sólo 25 años y no sé lo que me queda por descubrir. No puedo decir que me gusta el puenting si no lo he probado, aún...

Antes creía que estas cosas se acabarían cuando pesara 50kg, pero mira, eso si es algo que he aprendido en ese tiempo, que los temores y las preocupaciones no se van con el peso. También es verdad que como no aprenda a aceptar y a sentir esos miedos, mi problema con la comida tampoco va a mejorar, pero poco a poco. 

¿La gorda o la flaca? 
Pues ninguna de las dos. 

"Recuerde: aceptar no significa necesariamente gustar; aceptar no significa que no podamos imaginar o desear cambios o mejoras. Significa experimentar, sin negación ni rechazo, que un hecho es un hecho; en este caso, significa aceptar que la cara y el cuerpo que ve en el espejo son su cara y su cuerpo, y que son como son." Nathaniel Braden.

domingo, 15 de marzo de 2015

CUERPO Y MENTE Y CUERPO


"El sufrimiento es necesario hasta que te das cuenta de que es innecesario".
......................................................................................................................................................................

Cuando tu mente no para de dar vueltas, cuando te crees las palabras que te dice, cuando tu cuerpo te pide algo y no se lo das porque no lo escuchas, porque estás demasiado pendiente de las voces que suenan en tu cabeza, es entonces cuando dejas crecer a tu ego. Es entonces cuando estás desconectada de ti. Es entonces cuando no te dejas fluir con la vida. Es entonces cuando no sabes diferenciar lo que te gusta de lo que no, lo que te hace bien de lo que te hace mal, lo que te hace sufrir de lo que no.

Conectar contigo es la base de tu transformación, no digo curación, porque tú no te tienes que curar, sólo necesitas transformar ciertas cosas, coger ciertas herramientas para saber afrontar tus emociones.

Porque está bien saber lo que te hace sufrir, pero no todo va a depender de ti. A veces el sufrimiento, el dolor vendrá, no lo puedes controlar todo y es ahí donde saldrá tu verdadera conexión contigo, es ahí donde tienes que actuar a tu favor.

Tienes que dejarte sentir el dolor, pero es cierto que no  te puedes dejar sentirlo si no sabes identificarlo. Y para identificarlo tienes que estar presente, presente en tu cuerpo, presente en tu ahora. Dejar de escuchar a tu mente, hacerle el caso necesario y no mucho más.

Y la frustración, eso sí que te crea malestar. Sabes, una vez más, que no puedes controlarlo todo, que todo no depende de ti, que tienes que aprender muchas cosas, que la perfección no existe. Que no saber algo no te quita valor. Que los comentarios de los demás sobre lo que deberías saber o dejar de saber no de te deben influir, porque no te van a ayudar.

Sólo tú sabes por el camino que has pasado, sólo tú sabes donde estás, o por lo menos intentas saberlo. Sólo tú eres capaz de quitarte o darte la fuerza para seguir, no los demás.


Tienes la capacidad de quitarte de la nuca esos mil ojos que te miran y te juzgan, porque son tus ojos. Son tus juicios. Son tus verdugos.
Algo que te han enseñado, algo que has aprendido, pero no por ello es algo que no puedas modificar.

Rompe la barrera que tienes con tu cuerpo, vuelve a bajarte a él, a sentirlo, a sentirte cómoda en él. Porque es el único que tienes, es el que alberga tu esencia, es tuyo, de tu posesión.
Déjaselo sólo a quien tu quieras que lo toque, a quien tú quieras que lo abrace, que lo bese.

No te culpes por tenerlo olvidado, no te culpes por maltratarlo, no te culpes. Estás trabajando en ello, estás poniendo tus fuerzas, otra vez, en hacerlo sentir bien, en no criticarlo, en cuidarlo, en mimarlo.

......................................................................................................................................................................

-No sabía que estabas mal.
*No estoy mal ahora, he estado así toda mi vida, con sus más y sus menos, sólo que antes lo escribía en papel y ahora lo sabes porque lo escribo en un blog.
-¿Necesitas ayuda?
*La única ayuda es la que me quiera dar yo misma.


"Vive en la naturaleza más íntima, con absoluta aceptación de lo que eres. No intentes manipularte según las ideas de otros. Sé tú mismo, tu verdadera naturaleza, y brotará la alegría, manará en tu interior. Profundiza en ti mismo. No explores el mundo; explora tu naturaleza. Porque si exploras el mundo puedes poseer muchas cosas, pero no serás el dueño, mientras que si te exploras a ti mismo quizá no poseas muchas cosas, pero serás el dueño. Más vale ser dueño de sí mismo, que del mundo entero." Osho.

domingo, 15 de febrero de 2015

TE QUIERO


Se me había olvidado que te quería. Se me había olvida hablarte. Se me había olvidado como te llamabas. Se me había olvidado lo que te gustaba, lo que no. Lo que te hacía sentir bien y lo que te hacía sentir mal.

Se me había olvidado lo que disfrutabas cerrando los ojos sintiendo el viento en la cara. Se me había olvidado lo que disfrutabas cerrando los ojos y escuchando la música por cada poro de tu piel, sintiendo retumbar cada acorde en cada rincón de tu cuerpo. 


Se me había olvidado lo que disfrutabas parándote delante de una flor acariciando sus suaves pétalos mientras sentías el aroma que entraba por tu nariz. 


Se me había olvidado de lo que disfrutabas de la compañía. Se me había olvidado como mirabas a la gente viendo más allá de lo que los demás ven. Viendo a cada ser siendo único en el mundo con sus encantos y desencantos a flor de piel sin tener en cuenta lo que el mundo te ha dicho que pienses acerca de...

Se me había olvidado lo que sentías con el contacto de la piel, compartiendo un abrazo, conectando esencia con esencia con el único propósito sentirte en paz, conectada en este mundo. 

Se me había olvidado lo que disfrutabas sintiendo los pies en el suelo, tocando la arena de la playa, la tierra o simplemente los calcetines vistiendo tus pies. 

Se me había olvidad como te reías. Como le sacabas el lado divertido a todo, como te reías de ti misma la primera, en vez de culparte por cada paso que dabas sin que el resultado final fuera perfecto.

Se me había olvidado lo que te gustaba salir, saltar, bailar, gritar, cantar... 

Se te había olvidado estar aquí. No sé donde has estado hasta ahora pero desde luego que en ese sitio no te gustaba estar, pero como siempre has vuelto y te vas a quedar aquí. Sé que en ocasiones te irás pero sé que volverás a por ti otra vez, a disfrutar de lo que te gusta, a cuidarte.

Sé que has aprendido y seguirás aprendiendo. Porque estás aquí, con mil experiencias más aprendidas, con ganas de aprender más, con ganas de mirar por ti, porque te vuelves a repetir que lo que piensen los demás de ti no es asunto tuyo porque la única que te puede hacer feliz eres tú misma, al igual que te has hecho infeliz hasta ahora, te puedes hacer feliz. Es tu decisión. 

..............

Hasta ahora me he estado ahogando, destrozando, perdiendo mi energía, en el círculo vicioso de la desesperación que no llevaba sino a más ahogo y hundimiento. La mente me saboteaba en todo, me ha anulado, me ha hecho dudar de quien era, me ha hecho creer que no debía estar aquí, en este mundo si no tenía nada que aportarle, pero ya no. Ya no te hago caso.

Si en algo puedo resumir ahora lo que he aprendo es, haz algo, lo que sea. 
Estás cansada, da igual, muévete. Sal de la cama, del sofá, porque eso no te va a quitar el cansancio que tienes, o por lo menos el tipo de cansancio que yo tenía, que era miedo. Miedo a vivir. Miedo a que me pasaran cosas que no supiera resolver, por lo que prefería cerrar los ojos y dejar la vida pasar. 
Habrá momentos de todo, pero desde Navidad que algo empieza a cambiar en mi otra vez, vuelvo un poco a recordar quien era, a saber disfrutar de las cosas, a saber llenar mi alma y sentir paz.
No está todo perdido.
Si estás en el suelo ahora, recuerda que todo pasa y te volverás a levantar.
Porque somos esencia pura. 


domingo, 4 de enero de 2015

2014, CAMBIO RADICAL

No puedo ser yo si no hago un balance del año, y ese ya lo hice el otro día en el tren, sólo que me dejé el portátil y alguien amablemente se lo quedó como regalo de Navidad. Que lo disfrute.
Empecé dividiendo el año anterior en tres. La primera parte antes de la oposición, la segunda después y la tercera cuando empecé la residencia, pero realmente la primera y la segunda no las recuerdo con claridad y parece que forman parte de otra vida, de un pasado muy lejano.

Siempre que he hecho un balance lo he hecho con ilusión, viendo lo mal que lo había pasado y viendo lo bien que estaba en ese momento, pero me temo que en este no va a ser así.

Supongo que el problema ha sido crearme un mundo futuro ficticio en mi cabeza donde todo era maravilloso, calma, paz... pero me temo amiga mía, que eso no es la vida real. Sabemos que las situaciones son diferentes según tú las afrontes, pero eso es, hay situaciones, en la vida pasan cosas, no todo es quietud, acinesia... hay movimiento, porque sin movimiento la vida no avanza, no creces, no aprendes... Porque es NORMAL tener malos y buenos momentos, es NORMAL estar mal, no por ello vales menos o eres una amargada o una infeliz... pero como YO SOY de extremos, pues ya se sabe...

En el 2014 he tomado decisiones que han marcado rumbo a mi vida, aunque supongo que eso lo hacemos día a día sin comernos tanto la cabeza,pero ya se sabe YO SOY mental.
En el 2014 han florecido y reflorecido todas las inseguridades, las que tenía controladas y las que no sabía que existían, pero creo que esas son las consecuencias de VIVIR, eso significa que estoy viva, que me afronto a la vida, de mejor o peor forma, de la forma que sé hasta ahora, porque sabéis, a mí ni a nadie nos ha enseñado a vivir, nadie nos han dado el protocolo de la vida, el algoritmo que nos asegura que haciendo X vamos a llegar a Y, pero al parecer sí que he aprendido que me tengo que flagelar por ser diferente y hacer las cosas diferentes o por no hacerlas como yo creo que SE TIENEN que hacer.

En el 2014 me ha vuelto a ganar el ego, sé que lo que digo con ironía, "enfadada", es producto de él y de como me cuenta que tiene que ser la vida y de como SOY YO.
Pero en ocasiones tengo momentos de lucidez, son pocos y ahora creo que no es uno de ellos.
La base, sé cual es la base y que en algún momento me reiré de esto.

El balance no es que he ganado 10 kg, el balance es que me he desconectado de mí, me he vuelto a identificar con el ego, he vuelto a infravalorarme, he vuelto a autosabotearme por creerme las palabras de mi ego, he perdido la sonrisa que tenía, me ha cambiado la cara por completo, he apagado mi luz y ahora sólo huele a humo y chamusquina. Y eso no me gusta. No me gusta vibrar en ese plano porque eso sólo atrae cosas con la misma energía y me da miedo seguir así y perpetuarlo yo misma. Necesito un gran salto cuántico y no sé cómo hacerlo. Una parte de mí sigue esperando que venga alguien a salvarme y sigue sin valorar la fuerza que hay dentro de mí.
A veces cierro los ojos y consigo volver a sentirla, pero la mayoría de las veces se me olvida. Pero esto sólo depende de mí, es una cosa entre mí y yo misma y por más que llore o perpetúe mi rol de víctima, nadie me va a sacar de donde estoy.
Porque como siempre acabo diciendo, soy esencia pura aunque mi ego quiera ganar la batalla, aunque me haga creer que ya no quede nada dentro de mí que pueda valer la pena, seguiré luchando por mantener mis pies en el suelo cueste lo que cueste, porque soy una persona en este mundo y también tengo mi lugar.

Feliz año 2015.