martes, 24 de marzo de 2015

¿LA GORDA O LA FLACA?

¿Quién soy? Crisis de personalidad. Así me siento ahora. ¿Quién soy? ¿La niña que se ponía ropa de tela de todos los colores posibles e incombinables o la que se pone falda corta con tonos oscuros y se pinta los labios? ¿La que habla por los codos y se ríe diciendo tonterías y guarradas o la que se queda en una esquina viendo como los demás hablan y comparten cosas más o menos importantes? ¿La que se levanta de la silla como voluntaria o la que espera a que llegue su turno con nerviosismo? ¿La que se queda en el sofá llorando o la que se levanta con gran fuerza para afrontar el nuevo día? ¿La que se decide en ir a un sitio o la que se queda dubitativa esperando a que los demás decidan por ella? ¿La que quita la ropa o a la que le quitan la ropa en el acto sexual?

Me temo que las dos partes están presentes y hay un 50% que no apruebo. No apruebo esa parte de mí porque no me hace sentirme "guay" supongo. Porque me hace sentirme criticada, criticada por mí y por la demás gente en mi cabeza. Supongo que las criticas imaginarias son las peores, pero si las hubiera de verdad ¿qué pasaría?.

Y estamos en los de siempre. Esto me hace sentir mal, pero aún peor el hecho de que me tenga que sentir mal por lo que puedan pensar los demás, porque me hace sentir que no soy fuerte, que todo lo que he anhelado ser no existe, esa mujer fuerte, que lucha por sí misma, que le da igual lo que digan los demás, que va a hacer lo mejor para ella y va a pensar en sí misma. Eso no existe.

Sueño en ser una supermujer. En romper todos mis roles, todas mis etiquetas, en que no me importe lo que piensen los demás, en no necesitar a nadie, en valerme sola, por mí misma, en saber expresarme, en saber luchar por mis derecho, en estar segura de mi misma. Y supongo que será mear muy alto.

El 50% que no me gusta es mi parte paralizada, la que mientras se queda sentada y callada, lo que realmente está haciendo es estar pensando en lo mal que lo está haciendo, en lo que estarán pensando de ella, en lo mal que afronta la vida. Y ella sola se va envenenando y contaminando de sus pensamientos inútiles mientras los demás están viviendo su vida sin ni siquiera pensar en mí, ni bien ni mal. 
Y supongo que por eso dicen que la gente extrovertida es más feliz.

Sé que mi misión ahora es conocerme, aceptarme y eso no se aprende si no saliendo al mundo y viviendo nuevas experiencias. También es una forma de tomar perspectiva de tus pensamientos y de ti misma y ver que no lo estás haciendo tan mal.

Por ejemplo, el otro día conocí a alguien, y yo siempre con mis inseguridades, pensando que de base yo soy peor que nadie, disculpándome por ser como soy... y luego me di cuenta de que quizá yo valía algo más de lo que me hacía valer... obviamente yo no me sentía más que esa persona, pero ¿sabéis el dicho ese de que cuanto más te conozco más quiero a mi perro? Pues eso.
Lo que quiero decir con esto es que hay que salir y conocer, si no siempre nos quedaremos que lo que tenemos es lo peor, o lo mejor según miremos, y no es del todo cierto, porque todo es comparable y los ojos con los que miramos las cosas pueden cambiar.

Y supongo que una vez más no me tengo que culpar por estar conociéndome, no me tengo que culpar por no saber qué hacer con mi vida, por no tener las cosas claras, por qué me tengo que exigir eso si he vivido sólo 25 años y no sé lo que me queda por descubrir. No puedo decir que me gusta el puenting si no lo he probado, aún...

Antes creía que estas cosas se acabarían cuando pesara 50kg, pero mira, eso si es algo que he aprendido en ese tiempo, que los temores y las preocupaciones no se van con el peso. También es verdad que como no aprenda a aceptar y a sentir esos miedos, mi problema con la comida tampoco va a mejorar, pero poco a poco. 

¿La gorda o la flaca? 
Pues ninguna de las dos. 

"Recuerde: aceptar no significa necesariamente gustar; aceptar no significa que no podamos imaginar o desear cambios o mejoras. Significa experimentar, sin negación ni rechazo, que un hecho es un hecho; en este caso, significa aceptar que la cara y el cuerpo que ve en el espejo son su cara y su cuerpo, y que son como son." Nathaniel Braden.

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