domingo, 29 de junio de 2014

DE VUELTA A LA PUBERTAD


Hacía tiempo que había dejado de sentirme así. ¿Así cómo? Así de pequeñita. Volver a sentir que la gente te mira por la calle, se ríe de ti, sentir el rechazo social... Eso es lo que siente mi niña.

Mirándolo con perspectiva sé lo que ha pasado. El hecho de sentir decontrol tanto con la comida como con diversas situaciones me ha hecho volver al pasado y sentirme otra vez aquella niña gorda que se quedaba en casa llorando porque nadie la quería y se metían con ella.

Objetivamente habré ganado 4kg estas últimas semanas. No me gusta que se me estén abriendo nuevas estrías, que la papada me vuelva a rozar con el cuello, que la ropa me quede ajustada o que haya alguna que no me pueda poner, que me rocen más las piernas, que me sienta menos ágil, que la ansiedad nuble mi vista y me paralice y no me deje hacer nada... es algo que no me hace especial ilusión, pero creo que ya no lo vivo con el mismo agobio que antes.
Sí, me crea algo de ansiedad ver que quizá se me esté VOLVIENDO a ir de las manos, pero lo que realmente me preocupa es que me estoy alejando de mí.

No puede ser que 4 kg marquen mi estar bien o mi estar mal, no puede ser y me aventuraría a decir, como ya he dicho, que ya no me afecta tanto, pero el otro día tuve una llamada de atención que de verdad me ha hecho darme cuenta que me estoy perdiendo.

No puede ser que 4 kg marquen el estar gorda o el no estarlo, no puede ser que 4 kg marquen el que oiga comentarios desagradables hacia mi persona o el no oirlos, por lo que llegué a la conclusión de que algo estaba pasando en mi cabeza a parte de engordar los 4 kg en base al descontrol total que estoy teniendo estos días.

Me estoy volviendo a sabotear. No creo que esos comentarios no existieran hace 4 kg, sólo que la visión que tenía sobre mi misma era mucho más positiva. Quizá oía esos comentarios pero estaba más segura de mi valía, me importaba mucho menos lo que dijeran los demás, o quizá no me emparanoyaba pensando en que esas palabras iban para mí, por lo que la vida cambia mucho según vemos las cosas, según las queramos ver.

Sé la teoría y la estaba llevando a la práctica bastante bien, pero los cambios quizá te desvíen por donde no es y haya que volver a encontrar el camino. Ya tengo un abanico de herramientas para contraatacar y ninguna es ponerme a dieta, porque así, como siempre, sólo serían parches que se acabarán cayendo y puñales que se volverán a clavar.

Quiero volver a cerrar los ojos y respirar. Sentirme en calma. Sentir mi cuerpo, saber lo que quiere, lo que necesita. Sentir que estoy sola en el mundo, sola en el sentido de que tengo que buscar mi bienestar y que realmente a nadie le importa si me voy antes de un sitio porque me voy al gimnasio o si no me quiero tomar una cerveza porque no me apetece, y por mucho que parezca que le vaya a sentar mal a esa persona, en el fondo se la suda si yo me la tomo, sólo es su forma de no sentirse sólo.

Quiero volver a contactar conmigo, quiero volver a meditar, quiero volver a sentirme bien en mí, a no tener que recurrir a la comida para transportarme a otro hipotético e idílico mundo que no existe. Quiero volver a saber disfrutar de las cosas, a hacerlas con calma, con atención. Quiero dejar de vivir sin estar viviendo, quiero vivir mientras esté viva.


No pasa nada, se vuelve a empezar. Nada como volver a donde no quieres estar para ver de verdad lo que no quieres para ti.

jueves, 12 de junio de 2014

CARTA A MI EGO

               No vales. No sirves para esto. No sabes hacer nada bien. Eres tonta. Lo vas a hacer mal. No sabes tomar decisiones. Los demás saben, tú no. Eres peor que los demás. Lo estás haciendo mal. Vas a cagarla. Vas a quedar mal. Te van a mandar a la mierda. Vas a hacer el ridículo. No vas a saber salir del paso. Necesitas ayuda, pero pedirla es de débiles. Si no sabes hacerlo no lo hagas, te equivocarás. Te van a decir que no te esfuerzas lo suficiente. Te van a juzgar.

BASTA. STOP.

Es algo que oigo. Cierro lo ojos y lo siento en lo más profundo de mi ser. Abro los ojos y no hay nadie alrededor que me lo esté diciendo.Vuelvo a cerrar lo ojos, me tapo los oído y aún así sigo oyéndolo. ¿Cómo puede ser? ¿Quién me machaca? ¿Quién quiere destruirme de esa manera?

:O ¡oh vaya! ¡Si a ti ya te conozco! Estuvimos unidos durante mucho tiempo. Algún día creí que eras yo intrínsecamente, que formabas parte de mí o que más bien eras mi todo. Hoy ya te sé detectar, y aunque esté a nada de volverme a creer esas palabras que sepas que no podrás conmigo.
Te conozco, sé lo que pretendes. Quieres infravalorarme, quieres quitarme el autoestima que tanto me ha costado y me está costando recoger.

Quieres que vaya con mi actitud de víctima que tan bien me salía, con la que me enseñaste que iba a conseguir las cosas, pero nunca fue así, así nunca conseguí nada, sólo sufrimiento. Me engañaste, tardé tiempo en darme cuenta, y quizá te vuelvas a colar alguna vez más, pero ya te conozco y sé que no me ayudas.
...

Al cambiar de vida y empezar las cosas de cero, he vuelto a contactar con "mi parte primitiva". Ha vuelto mi forma conocida de pensar y actuar, la de antes.
El trabajo que había conseguido hasta ahora tampoco ha sido en vano, si no, no estaría escribiendo este post porque me habría dejado llevar por lo que me dice mi ego, me lo habría creído completamente. No es que le de la espalda totalmente, ojala, pero sí que lucharé todo lo que pueda por intentar dársela lo máximo posible.

Me he dejado llevar un poco, sí. En mi anterior situación lo tenía más dominado, pero al cambiar de entorno tengo que volver a coger ese hábito en este nuevo contexto.
Dejar crecer a mi ego en mi cabeza no me hace más que querer anestesiarme y querer que se calle de una p*** vez. ¿Y cuál es mi vía fácil para relentizar esos pensamientos y quedarme en un sueño profundo donde ninguno de ellos me moleste? ¡La comida!

A partir de aquí tengo 3 opociones según el punto en el que me encuentre:

      1. Entrenar a la mente para dejar de tener esos pensamientos, detectar a mi ego y mandarlo a tomar viento. La meditación es ideal para estos casos. También el hecho de pensar: ¿y si me fuera totalmente imposible tener esos pensamientos en la cabeza?¿y si fuera a pensarlos y hubiera algún mecanismo que me impidiera tenerlos en mi mente? Alguna vez pensar eso funciona.

     2. Si ya te han  atrapado los pensamientos y tu vía de escape es el atracón, buscar otras vías diferentes y que te vayan a hacer sentir mejor. Gimnasio, llamar a alguien, salir a pasear, volver a dalre de lado a esa voz egoíca que te dice que comas y centrar tu atención en otro punto...

     3. Atracón. Si no has podido evitarlo, quizá lo necesitabas en ese momento. Hay momentos, no te culpes. Es tu vía de escape. Podrás controlarlo en otro momento, estás trabajando en ello. Este momento comparado con toda una vida no es nada. Eres fuerte, poco a poco irás cambiando tu "vía de escape", incluso puede que haya algún momento en el que no la necesites. Eres fuerte.

No adelantarse a los acontecimientos. El futuro no exite aún, no lo crees tú con tu mente y menos si es tu ego quien la rige.

Por más que mi ego intente crecer, yo sigo siendo esencia pura. Sigo teniendo la fuerza en mi interior, sigo siendo luz y quiero dejarle rienda suelta para que brille, y así lo hará.
Soy esencia pura.