lunes, 27 de enero de 2014

CONSCIENTE DE LA INCONSCIENCIA



CONSCIENTE DE LA INCONSCIENCIA:

-Descubrimos que es el ego y empezamos a darnos cuenta de que estamos identificados con ese falso yo.
-Seguimos reaccionando impulsivamente, pero tomamos conciencia de que cambiar esa actitud tan nociva sólo depende de nosotros mismos.
-Empezamos a tener control sobre nosotros mismos y somos en parte responsables de nuestros actos.
-Seguimos siendo esclavos de nuestra mente, pero en ocasiones conseguimos crear cierto espacio para no identificarnos con nuestros pensamientos.
-Pensamos en el pasado y el futuro, pero intentamos centrarnos en el momento presente. 
-Sufrimos, pero poco a poco dejamos de culpar a los demás, empezando a aprender de nuestros errores.
-Necesitamos evadirnos y narcotizarnos, pero lo llevamos a cabo <<conscientemente>>.
-Creemos que la vida tiene el sentido que le queremos dar.

"Encantado de conocerme" B. Vilaseca.


Hay cuatro escalones evolutivos de la consciencia, yo puedo decir que he subido el primero y que me encuentro en el segundo, soy consciente de la inconsciencia, pero aún me queda un largo camino por recorrer.

No fue fácil darme cuenta lo que le hacía a mi cuerpo.
Durante años me machaqué por ser como era y por pensar que comía porque era una cerda y ya está. También podía pensar lo típico que se dice, de que cuando estás nerviosa o cuando tienes algún problema te da por comer... y cosas varias. Pensar, pensé mil cosas, con lo que a mí me gusta pensar... pero no fue hasta un día concreto en el que me di cuenta del poder que tenía la comida en mí.

Yo siempre me he considerado una persona tranquila y paciente pero me he dado cuenta que... una mierda. La profesión se lleva por dentro y yo la calmo engullendo "like a pig".

Realmente, después de un atracón, a parte de sentirte como una verdadera cerda de cuadra, si te fijas bien, hay otros cambios que son, yo creo, los que hacen que esta conducta se perpetúe en el tiempo.
Realmente el nerviosismo que había antes del atracón, la tensión muscular corporal, desaparece totalmente, el cuerpo se calma y se relaja. Y esos pensamientos que no paran de rondarte la cabeza, los que hacen que tu cuerpo acabe con esa tensión, esos pensamientos también se calman y te dejan en paz por un momento.
Todo se paraliza y encuentras un poco de calma. Obviamente sé que tod@s cambiariamos esa calma por no tener esta conducta.

Parece obvio, ¿verdad? Pues a mí me costó mucho darme cuenta de lo que me estaba haciendo, era tal la desconexión con mi cuerpo que no me estaba dando cuenta de lo que le hacía, era inconsciente, estaba mirando el primer escalón y no me atrevía a subirlo.

...

Las situaciones extremas nos llevan a conocernos mejor a nosotros mismos. Como he dicho yo siempre me había visto como una persona tranquila, poco preocupada, pero ahora le he visto otro sentido a mis atracones. Son la tapadera de lo que realmente me preocupa, son la tapadera del miedo, que es tal que no quiero ni nombrarlo. Es una forma de evadirme de él, de evadirme del aquí y el ahora. Es una excusa para evadirme de lo que no controlo, de lo desconocido. Mientras como estoy en cualquier otro lugar menos afrontando lo que tengo delante.

Porque aunque flagelarme y pegarme atracones es algo que no me gusta, me amarga la existencia y me sume en la oscuridad y en la tiniebla, por lo menos es algo conocido, un comportamiento de muchos años y que dentro de la incomodidad, me siento cómoda.
Así que ante una situación de adversidad, ante algo desconocido, ante la duda... me dejo llevar por el atracón y la culpabilidad en vez de enfrentarme a la realidad donde debo trabajar y luchar.

Darme cuenta de ello me ha hecho sentirme débil, frágil y fácil de vencer. Antes era insconsciente, pero por lo menos me hacía sentir que era fuerte, pero quitarme la venda y darme cuenta de lo que en realidad es, me ha hecho temblar.
Sé que soy perfeccionista (no porque lo diga yo, sino porque me lo han dicho) y a veces quiero ser tan perfecta que me odio por sentir, y ahora simplemente me he dado cuenta de que soy una persona y sentir miedo no me hace más débil. Supongo que es un sentimiento como cualquier otro. La debilidad sería paralizarme ante él y no plantarle cara.
Supongo que darse cuenta es el primera paso para poder llegar a manejar esto, y si lo escribo es porque realmente no fue fácil para mí llegar a este punto y ahora  que es una situación algo extrema, es donde realmente me estoy conociendo.
...

Nunca creí que llegaría a escribir tan abiertamente sobre mi problema (podría hacerlo aún más...), colgarlo en un blog y compartirlo con la gente.
Antes de este blog empecé como cinco más, pero por vergüenza, siempre acababa borrándolos.
Este lo empecé como salida, como grito de algo que no podía soportar más y que yo quería cambiar. Cuando lo escribí (pensando que alguien lo iba a leer), mi mente se preparaba para recibir algún comentario al estilo de: Cállate gorda.
Pero no fue así.

El primer comentario que recibí, a parte del de dos de mis amig@s cobaya, fue el de una chica que me dijo que le encantaba lo que había escrito -y ahí van las palabras mágicas...- A ELLA LE PASABA LO MISMO.
Cuando lo leí empecé a llorar como una tonta. Sólo por una persona que me  decía que me entendía y que pasaba por lo mismo me hizo sentir que no estaba sola y que no era un un bicho raro.

Y las personas que me habéis dicho después que os gusta como escribo, que os sentís identificad@s, que parece que esté contando vuestra vida, que soy vuestra voz... muchas gracias porque a mí me habéis hecho sentir como nunca me había sentido, he dejado de ser el perro verde (aunque bueno siempre me ha gustado ser especial ^^¡pero no por esto por favor!).
Es raro que alguien que no pasa por esto te comprenda, pero sólo hay que dar con las personas indicadas o con  el foro indicado ;) que creó Yolanda de vivir para comer y la gente maravillosa que hay ahí. Muchas gracias.

Y por eso voy a seguir escribiendo, porque sé que al igual que yo, hay gente por ahí que se puede sentir igual de bien que yo cuando escribo estas líneas y porque si descubro algo en mí que me haya servido y puedo compartirlo, seguro que hay alguien al que también le pueda servir (aunque a veces me salga escribir cosas no muy constructivas...).
Bueno, no me lee tanta gente, jaja, pero quién sabe si al igual que yo encontré el foro en un momento de bajón, alguien me puede encontrar a mí y sentirse mejor?
Nunca sabes por donde te puede llevar la vida.
¡Ah! pero sobretodo lo hago por mí, que no se me olvide :)

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