lunes, 20 de enero de 2014

ASERTIVIDAD CERO



Parece una campaña en contra de la asertividad, pero ni mucho menos.
Cero asertividad es la que yo tengo.

No es algo que me pille de sorpresa, pero hoy me he dado cuenta de que debería trabajar más en ello.

Ha sido una tontería, pero tengo una capacidad para darle importancia a las pequeñas cosas...
Estaba en el gimnasio (base de mi vida ahora mismo más estudiar, comer y pensar...), he cogido sitio con mis cosas en la clase y cuando he vuelto había una chica (algo más joven que yo, de instituto) justo detrás(que no estaba cuando yo he dejado las cosas, según mi visión del asunto..)  y cuando he quitado las cosas para ponerme, me ha dicho que ahí iba a ponerse ella.
Mi primera reacción ha sido de pensar que yo me estaba equivocando, que estaría ella primero, pero luego he pensado que yo no la había visto antes. La reacción que me ha salido ha sido ir de víctima y decirle con tono de niña de 4 años: jooo, que yo he dejado las cosas antes, además soy bajita y no te tapo, pero bueno, no sé...
Ella al final ha dicho que daba igual y se ha puesto detrás, y yo, me he sentido mal y le he dicho que se pusiera delante, que me daba igual.

Al final no se ha puesto, pero ya ha sido suficiente para que yo no parara de darle vueltas al asunto y pensar que me estaría odiando y a saber qué más estaría pensando de mí... Hasta se me ha pasado por la cabeza cogerle yo el sitio el próximo día y decirle: ¡Mira, te he cogido sitio! ¿Has visto qué simpática soy? ¡No me odies por favor! ¡No soy mala persona! ¡Quiéreme!

Bueno, no le diría todo eso, pero me he dado cuenta de hasta en que punto me puedo poner con tal de sentirme aceptada.

Supongo que todo esto vendrá de la pobre niña gorda que tenía que hacer malabarismos para caerle bien a todo el mundo y no sentirse rechaza. Mira que me está costando soltarla a la jodía. Si tan sólo la pusiera a la altura del resto del mundo...

Supongo que tengo que mirar lo positivo del asunto y ver que por lo menos mi respuesta no ha sido de esconder la colita enseguida y, que por lo menos a mi forma (o hasta que me entrene en hacerlo de otra manera) he defendido mi posición.

Puedo decir: ¡A partir de hoy seré una persona asertiva! Pero la cosa no funcionas así.

Primero hay que entrenarse en saber decir las cosas en el momento, porque a mí siempre me pasa que me quedo sin palabras y me vienen cuando ya no es hora de decirlas... y luego cuando las tengo que decir, ¡no me tengo que sentir mal por decirlas! Tengo todo el derecho del mundo, al igual que cualquier persona, a defender mis derechos y a dar mi opinión. Basta de empequeñecerme y de pensar que todo el mundo está por encima de mí o de pensar que por compartir mi opinión me van a rechazar. Unos lo harán y otros no, pero esto es la vida y no hay que sufrir tanto por ello.

¿De qué sirve el esfuerzo de caerle bien a todo el mundo si no eres fiel a la persona con la que tienes que mantener la mejor relación?
Muchas cosas en mi vida llegaron donde no tenían que llegar por no decir las cosas a tiempo o por decirlas todas juntas en un mar de ira... pero no me culpo por ello. Esas experiencias me han servido para aprender y ahora me toca ponerlo en práctica.

Hoy ha sido una tontería, pero mañana quizá no y no voy a dejar que pisoteen a esa niñita que aún no ha comprendido que no hace falta hacer tantos esfuerzos para recibir el cariño de la gente, que a ella la gente que le quiere, la quiere tal y como es y que me tiene a mí para quererla, saber lo quiere, y luchar por ello.
 Así que a practicar esa asertividad, lo siento por l@s que estén a mi alrededor y me sirvan de entrenamiento :P

Es que ya me veía diciéndole a mis futuros pacientes: Usted tómese esto, ¡pero si quiere eh! que yo no soy nadie para decirle nada. 

Aish... cabeza loca...


2 comentarios:

  1. No pensaba que le dieras tanta importancia al aspecto físico, y que te torturaras tanto con ese tema. Me ha decepcionado mucho darme cuenta de que, en la cena del congreso, mientras intercambiabas comentarios subidos de tono con el camarero y provocabas que los chicos nos imagináramos los poderes eróticos de una fémina con semejante autoestima, en realidad lo estabas utilizando de coraza. No pretendas gustar a todos, eso es imposible, tu gústate y lo demás viene solo, pero claro, las cosas solo son simples cuando has cometido todos los fallos posibles. No vivas en el mundo material, aunque parezca el más sólido, sólo es apariencia. El valor, la solidaridad, la honradez, el buen humor, tu puesto del MIR, son cosas intangibles, abstractas, son ideas, mucho más contundentes que un culo de la talla 34.

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    1. Gracias por tus palabras Anónimo. Me alegra y a la vez me extraña lo que dices porque nunca me lo hubiera imaginado ni eran mis intenciones. Está claro que lo que escribo son cosas se en algún momento se pasaron por mi cabeza y en las cuales he trabajado y trabajo cada día para que estén el menor tiempo posible en mi mente. Es cierto que a veces necesito "crecerme" para no hacerle caso a ese pepito grillo de detrás de la oreja, pero en el fondo siempre hay algo de realidad ahí ^^...jaja.
      Y no es tanto el aspecto físico el que me preocupa sino la capacidad que tiene el ser humano de hacerse sufrir a sí mismo sin ninguna necesidad.
      Por cierto, tampoco quiero una talla 34.
      Un saludo amigo invisible.

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