domingo, 23 de marzo de 2014

LA SOLUCIÓN AL ATRACÓN


Después de este título sensacionalista, lo que quería decir es que tomar conciencia del cuerpo, en mi caso, es la clave para salir de esto.

Mi personalidad es mitad intelectual y mitad emocional.
La parte intelectual me hace estar dándole vueltas a la cabeza a todo, buscar cómos y porqués, buscar posibles causas de todo y analizar cada palabra dicha y cada hecho ocurrido , me hace estar en cualquier otro lugar menos aquí, presente en mi cuerpo.
La parte emocional la siento en el pecho y me lleva al sufrimiento. Es un torbellino que sin darme cuenta me lleva al fondo del mar, y para más hundimiento, mi parte racional e intelectual la odia porque en su intento de buscar todos sus porqués, no entiende por qué me puedo sentir así (de la forma que sea en el momento que sea) si intelectualmente no hay razones.
Supongo que esta descripción puede encajar con bastante gente.
Aquí hay un cutre-dibujo ilustrativo de lo que quiero decir.

Estas partes me llevan al desequilibrio constante ya que me falta una pata, tomar conciencia o "bajarme" al cuerpo.
Algo tan simple y que no me había percatado de ello hasta que alguien me lo dijo y creo que es la clave para evitar, o al menos reducir, el atracón.

Date cuenta de que en el momento de pleno auge (mientras tragas comida sin miramiento) estás compeltamente fuera del cuerpo. Estás llevándote la mente a otra parte, estás en pleno viaje astral mientras tu cuerpo se llena hasta reventar, porque, si estuvieras en el cuerpo, dejarías de comer.

Bajarte al cuerpo, otros lo llaman habitarlo, es estar plenamente presente. Es estar aquí y ahora, es estar disfrutando del momento. Cuando estás en el cuerpo te baja la ansiedad, desaparece, te tranquilizas, dejas de pensar, se calman los pensamientos intrusivos del tipo:"mmm...y si me como esto?", "Y ahora después de comer esto va esto otro" o simplemente los pensamientos que te crean inquietud como los que te dicen lo que tienes que hacer mañana o lo que hiciste mal ayer. Encuentras la calma y reconoces las necesidades de tu cuerpo. Si no lo has hecho ya, pruébalo.

Yo lo que hago para sentir el cuerpo es centrarme en los pies, en cómo están, en cómo apoyan al caminar. Me centro en sentir la planta sobre el zapato o el suelo, en notar la textura del calcetín, de la arena, si están fríos o calientes. Esté donde esté y con quien esté, si veo que me voy acelerando( tanto mental como físicamente) , freno la marcha y me centro en los pies.

Todo es cuestión de hábito, tanto el darse cuenta de que te estás acelerando como frenar cuando lo detectes. Algunos días lo conseguirás mejor y otros menos mejor.

También sentir cada parte de tu cuerpo, qué parte apoya en la silla, en la cama, en el suelo...
La respiración, por supuesto, también te baja al cuerpo. Sentir el aire entrando y saliendo por la nariz, y sobre todo, como baja hasta el abdomen.
Cuando hago esto en algún momento del día, me doy cuenta de que estar en la mente me ha hecho tener todo e cuerpo en tensión sin ninguna necesidad de que esté así, porque hasta la fecha no he tenido que salir huyendo por el ataque de un oso o algo así. Ya de paso intento relajar todo el cuerpo, incluyendo la mandíbula que casi siempre es la que se lleva la peor parte.

Relajar el cuerpo me es muy útil cuando voy en el coche de camino a casa, sobre todo cuando en llegar toca comer o cenar. El cuerpo está cansado y quiere llegar y comer y si no me freno, mientras preparo la comida ya me he comido lo que me tocaba y lo que no y luego sigo comiendo... Así que mientras conduzco me centro en la conducción y en calmar el cuerpo para llegar a casa tranquila, preparar la comida tranquila y comer tranquila.  A veces para tranquilizarme y bajar las pulsaciones me pongo música  (esta es la que más me ayuda) e intento ir a su ritmo mientras preparo la comida. A veces lo consigo, y otras no, pero todo es práctica.

En ocasiones es fácil bajarse al cuerpo, pero otras no tanto... sobre todo en esos momentos en los que no te sientes tan bien contigo misma y no te apetece sentirlo. No te apetece sentir tu culazo apoyado en la silla, tus michelines sobresaliento por cada costura del pantalón, tu papada colgandera... pero aquí es donde entra en juego la aceptación y el darte cuenta de que si piensas todo eso es porque ¡NO ESTÁS EN EL CUERPO! ¡Estás otra vez en la cabeza! No pasa nada, te vuelves a centrar una, dos y las veces que haga falta.

Habrá momentos en los que has conseguido estar presente la mayor parte del tiempo pero se te ha ido unos segundos y te has echado a la nevera...y entonces quieres volver a estar presente pero notas el hinchazón que te recorre el cuerpo, intentas centrarte pero la sensación que tienes en el abdomen es demasiado desagradable como para estar aquí y ahora porque no te gusta lo que hay. Aquí entra en juego otra vez la aceptación, el dejar pasar esos pensamientos de culpabilidad que si los tienes es porque sigues en la mente, y el saber que ese sentimiento y esa sensación pasarán y volverás a sentirte bien.

Creo que nuestra curación llegará en el momento en el que consigamos estar al 100% presentes para poder reconocer y hacer caso a las necesidades de nuestro cuerpo.

Comparto esto con vosotros porque es lo único directo que hasta la fecha me ha funcionado de verdad ¡y es gratis y para todos los públicos!

Como veis es como intentar meditar durante todo el día, llevar una vida zen o algo así (aún me falta mucha formación para poder hablar de esto profesionalmente,jeje).

Intentar coger este hábito no es sólo para acabar con los atracones sino que ¡te enseña a vivir! a disfrutar de cada cosa, de cada momento y de cada persona, y sobre todo, a disfrutar de ti misma.

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4 comentarios:

  1. Vaya, pues no se me había ocurrido. Lo que dices de la parte intelectual y emocional, pues si, lo entiendo perfectamente. Pero eso de bajarse al cuerpo, como una manera de tranquilizarlos, no se me había pasado nunca por la cabeza. Si me vuelve a dar por atracarme -espero que no-, lo probaré.
    espero que la semana te haya ido bien
    Un beso guapa

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    1. Yo también espero que no! Pero esto no sólo sirve para esos momentos sino también para calmar la mente de cualquier otra cosa que te pase por ahí y no te deja en paz!!
      Un beso Cris ^^

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  2. Hola! Qué interesante tu post. Y me ha llamado mucho la atención de que que localices tu parte emocional en el pecho. Durante mi tratamiento de trastorno por atracón también conocí a algunas personas que ése era su foco.
    El mío en concreto es el estómago, menos sutil ya ajajja Es dónde concentro las emociones, la ansiedad y sobre todo las carencias. Por eso, con los atracones "parecía" que llenaba el estómago cuando en verdad estaba intentando rellenar el vacío interior del alma (por decirlo así) que acarreaba conmigo.
    Y, en mi caso, lo que me funciona muy bien son las técnicas de respiración. Como seguro que sabes, no sólo respirar, sino hacerlo plenamente. Yo lo hago en tres pasos (reteniendo el aire), siendo consciente de la circulación del aire por el cuerpo y centrándome en el estómago eso sí jajjaj Conozco varios tipos de respiración focalizadas en diferentes partes del cuerpo: pecho, abdomen, incluso pelvis... Pero es la del abdomen la única que consigue separar la parte física de la emocional cuando ambas se entrelazan y no me permiten distinguir bien, qué está ocurriendo.

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    1. Hola Meritxell! Me alegra que te parezca interesante :) Y muchas gracias por tu comentario! A mi también me viene muy bien la respiración triangular (en la que retienes el aire), aunque a veces en esos momentos se te olvida que existe... aunque yo confío plenamente en la capacidad de desarrollar el hábito de hacerlo justo en el momento adecuado!jeje.
      Yo la verdad que también he leído que el foco de las emociones está en el estómago, pero no sé, quizá a mí se me sube arriba porque se me junta con la garganta y la incapacidad que tengo a veces de pedir las cosas y decir lo que pienso...o quizá se me está yendo la pinza ahora,jeje
      Muchas gracias.
      Un abrazo.

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