lunes, 28 de abril de 2014

SEXO


Otra vez con un título sensacionalista, pero no es exactamente de eso de lo que quiero escribir hoy. No exactamente pero sí ya que es algo que forma parte de nuestras vidas y está relacionado directamente con el cuerpo, entre otras cosas.
 
¿Cómo no hablar de ello con lo relacionado que puede llegar a estar con el complejo y con las formas de llenar el vacío que podemos llegar a tener y que no nos enseñan a llenar por nosotr@s mismos, y como no, que podemos tener l@s comedor@s compulsiv@s?

Mi primera vez fue con el nivel de conciencia reducido por unas gotas de alcohol y no fue “por amor”. Fue de la única forma que podía haber sido por ese entonces con mi forma de ver la vida y con la forma de verme a mí misma. No estaba preparada para otra cosa.

Después de llevar años diciéndome a mí misma el asco que daba, pensando que quién iba a poder tocar mi cuerpo, lleno de grasa, rechazado socialmente y, evidentemente, rechazado por mí, no iba a pasar de otra forma porque no me lo permitía a mí misma.

Ya no sólo sexo, sino abrazos, caricias, besos… Cómo algo tan deseado en algún tiempo se puede volver tan incómodo cuando se lleva a la práctica teniendo esos pensamientos presentes.

Recuerdo la primera vez que me tocaron el culo encaminado a llevar a cabo el acto sexual. Horrible. En ese momento sólo estaba pendiente de una parte de mi cuerpo, la cabeza. Esa horrible cabeza pensante. Esa que te dice lo enormemente asquerosa que eres y no deja de preguntarse por qué te están tocando si das asco. La que te hace estar en tensión y la misma que no te deja disfrutar del momento. Ahora estoy hablando de sexo, pero mi cabeza me hacía lo mismo en todos los ámbitos de la vida. 

Estoy recordando esa sensación y en otros momentos me regodearía e intentaría describirlo tal cual lo sentía, con todo su sufrimiento e intensidad, pero no me apetece sentir esa sensación ahora mismo habiendo otras miles que puedo elegir. Decir esto ahora mismo, también es fruto de mucho trabajo.

Recuerdo aún más y mejor la primera vez que me tocaron el culo y mi cabeza estaba vacía de ese pensamiento destructivo y me dejó disfrutarlo. Un momento concreto, una simple sensación que para mí supuso un largo trabajo y un gran esfuerzo, durante años diría yo. No fue ni la primera, ni la segunda, ni la tercera vez cuando me dejé sentirlo, pero valió la pena el trabajo y la espera.

Una vez ves tu cuerpo como una forma de conectarte con el medio y lo amas por su capacidad y no por su apariencia externa, no hay vuelta atrás, lo has conseguido, puedes dejarte disfrutar, fluir y utilizar tu cuerpo en tu favor, que para eso lo tenemos.

Dejas de preocuparte por la amable gravedad que afecta a la vida y amas a tus lorzas colganderas. Dejas de preocuparte por lo que piense la otra (o las otras, cada un@... ^^) persona porque ante todo piensas en ti y no estás obligando a nadie a hacer nada, así que si te lo hacen déjate disfrutar, permítetelo.

Fue muy duro también romper con las distorsiones creadas durante largos años. Tu cuerpo puede ser gordo, puede no estar aceptado socialmente y puede que no sea el tipo de cuerpo que más salga en la tele, pero no deja de ser un cuerpo, y aunque es algo que no nos debería preocupar en exceso porque a la primera persona a la que le tiene que gustar es a ti, seguro que hay a alguien que le gusta y disfruta acariciándotelo. Y realmente encontrar a alguien que simplemente haga eso es especialmente fácil, lo difícil es encontrar a alguien con el que la conexión sea total y pueda llegar más allá, pero eso te pasa a ti que eres gord@ como a ti que eres flac@, así que no valen ese tipo de excusas (y si tienes 15 años y estás llorando en tu habitación pensando que nadie te va a querer, por favor, hazle caso a mis palabras porque nadie se merece sentir eso, y supongo que no me hace falta escribir el "te lo digo por experiencia").


Esto también forma parte de las preocupaciones que rondaron mi cabeza y ocuparon un gran espacio en ella destruyéndola sin compasión y que forma parte de la vida aunque no lo hablemos tanto por las redes sociales. Así que hazte el favor y sacúdete los prejuicios hacia ti misma, quítate los complejos al igual que te quitas la ropa y disfrútalo, simpre haciéndole caso a tu esencia claro.

2 comentarios: