De camino al comienzo de una nueva vida y a la espera de
nuevas experiencias que van a dirigir mi rumbo en la vida, no sería yo sin unas
palabras. Siempre me ha gustado en algún acto señalado o simplemente cuando me
apetece hacer balance, dar las gracias y emocionarme por unos minutos, creo que
está plasmado en alguna entrada ya…
Siempre le he dado las gracias a toda la gente de mi
alrededor, y desde luego que se merecen eso y más, pero hoy va a ser diferente.
Supongo que quien me conozca no se tomará esto como un acto narcisista hacia mi
persona, pero supongo, que como siempre, me tiene que dar igual :P
Ayer estaba en casa recibiendo a gente que venía a
despedirme. Tod@s amig@s, gente a la que aprecio. Much@s no pudieron venir,
pero recibí bastantes mensajes y llamadas de despedida.
Los miraba a tod@s y no me podía creer lo que veía. Gente de
diferentes ámbitos, muchos que conozco de bastantes años, amig@s desde los 4
años… habían venido a despedirse de mí.
Entonces miré hacia atrás en el tiempo y vi a aquella chica que se sentía sola, sin amigos, que lo único que deseaba era alguien en el que poder confiar, sentir apoyo o simplemente ir al cine. Aquella a la que le daba vergüenza invitar a la gente a su cumpleaños por si acaso le decían que no y sentía el rechazo, aunque ella ya se sentía rechazada. Aquella chica que lloraba porque sólo quería amigos.
No es que fuera una marginada, pero obviamente no veía lo
que tenía ni fomentaba la amistad. Si te sientes una mierda y no digna de nada,
no puedes ir en búsqueda de algo que sabes (o crees en ese momento) que no te
mereces.
Pero ayer estaba claro que esa época había pasado hacía
mucho y que había dejado de pensar en algo que nunca había sido así.
Me sentía bien. He tenido mucho suerte con la gente que me
ha tocado alrededor estos últimos años de mi vida, pero sobretodo, me tengo que
reconocer el esfuerzo que he hecho para que las cosas sean así y volver, una
vez más, a romper mis distorsiones.
La gente me quiere tal y como soy, no soy mala. Una persona
mala no esperaría llenar su casa de gente a la que aprecia y le aprecian. No
esperaría recibir tanto cariño.
Todo ha venido al empezar a sentirme digna de ello, a verme
a mí con los ojos de la realidad, o por lo menos de una realidad más acertada,
la que me va a hacer mejorar cada día, la que me va a hacer bien a mí. Al
formar una base más firme sobre mí misma, al no confundir el autoestima con el
egoísmo ni el dar con el quitarte a ti misma. Al ponerme a la altura de tod@s y
no tirarme a la altura del betún.
Al cambiar la perspectiva de la vida y pensar que si algo
puede ir bien, irá bien, por eso hay que vivir el presente porque lo demás irá
rodado.
Tengo miedo, pero el mismo miedo que me va a hacer seguir
con este pensamiento, el que me va a decir que todo va a ir bien porque yo voy
a hacer que vaya bien. El que va a recibir cada buena experiencia con los
brazos abiertos y las malas como aprendizaje para seguir. Y si alguna vez no es
así, me entenderé y me daré tiempo para poder apreciar esas experiencias entendiendo
el por qué a la larga.
No me siento sola, me siento parte de un todo, una más con
una misión en la vida. He venido a aprender y a compartir lo aprendido por si
puedo ayudar a alguien.
Ciudadana del mundo.
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