lunes, 23 de diciembre de 2013

Acabando con el círculo vicioso.

Comida del medio día, para mí momento de alarma. La comida se puede convertir en un momento más del día, en el que te nutres, disfrutas de tu plato de comida más o menos sano y sigues con tus quehaceres; o se pueden convertir en comidas eternas en las que engulles cantidades ingentes de comida y no paras hasta que no queda nada más que comer o realmente tu estómago te dice: no puedo más. O por lo menos en mi caso. A mi favor tengo que decir que descubrí hace poco una tercera forma para parar, una que no sabía que existía, la de decir por mi misma: Paro. Aunque últimamente no la pongo mucho en marcha...

Como comenté, a la vista de llevar varios años intentando estar bien conmigo misma y creyendo que la única vía era adelgazando, decidí emprender otros caminos que no fueran dieta y punto. No por nada, sino porque la sensación de adelgazar y volver a tener esos atracones era/es como ir clavándome puñales con cada uno de ellos, y no lo soporto más, yo sólo quiero estar bien conmigo misma sin cargar con ese sentimiento.

Hoy (por decir un día de tantos), después de comer, aunque mi cuerpo me decía que ya era suficiente, he ido al armario de la cocina y después de un rato estaba mucho más vacío que antes de aparecer yo. El cuerpo podía hablar, pero mi cabeza no lo escuchaba. Mi cabeza sólo pensaba en comer algo más, o en que necesitaba algo más para sentirse bien, así que le he hecho caso a ese pensamiento. Da igual lo que haya pensado antes, lo que vaya a sentir después del atracón, en ese momento la mente te convence para hacerte sentir esa NECESIDAD o de lo contrario, no podrás acallar esa inquietud interior, no podrás estar en paz, así que tienes que comer. Es tu único ángulo de visión en esos momentos.

Así que después de ello...

Dije que no iba a sentirme culpable después de, que ahora estoy viviendo una situación especial (preparando una oposición que va a decidir mi futuro) y que me iba a dar cariño y apoyo, que me iba a entender a mí misma, ya que soy la única que lo puede hacer.  Comprendiendo que es sólo un mecanismo para llenar ciertos vacíos de angustia y que en algún momento todo pasará y podré controlarlo mejor.

Dije que ante todo me iba a poner a mí por delante. Que yo soy lo más importante sin importar con qué forma ni con qué curvas me enfrente al mundo. Que yo soy yo sin importar qué traje luzca.

Dije tantas cosas... que después del atracón se vuelven en mi contra. Me odio. ¿Por qué?¿Por qué a mí? ¿No me podría comer las uñas y ya está? total, puestos a meterse algo en la boca... ¿Por qué me siento tan mal? ¿Por lo que vaya a engordar? ¿Por lo que vayan a pensar los demás de mí? "Dios, pero qué gorda se ha puesto". ¿Sólo me importa mi físico?¿Tan superficial soy? Pero si además, aunque la mona se vista de seda... Sí vale, ahora es una situación especial, ¿pero estos últimos diez años también han sido especiales? Ya me conozco diciéndome a mi misma que cada lunes será el día... así que el pensar que en cuanto esto pase la cosa cambiará... no me reconforta mucho.

Y tras esa pesadez y dolor de estómago que puede durar días, entra el sueño... y tengo que estudiar, no puedo dejar que esto afecte a mis horas de estudio, me hace perder tiempo, algo que hace que aumente aún más la ansiedad y quiera callarla vaciando otra caja de polvorones a pesar de mi dolor de estómago pero sobretodo, dolor de corazón.

Y encima mañana Nochebuena... cosa que me crea más ansiedad y me hace sentir peor, porque a la vista de una buena cena segura... lo ideal hubiera sido comer como mínimo normal... pero no. Y me hago sentir peor. Y ya me estoy viendo mañana con la ansiedad por las nubes, sintiendo esa intranquilidad que sólo podré llenar vaciando platos...

Pero realmente, ¿cuál es el fin de todo esto? ¿Cuál es el fin de hacerme sentir tan mal y de pensar tan mal de mí? ¿Cuál es el fin de entrar en esa espiral de sufrimiento y llanto que sólo me hace quedarme más tiempo tirada en el suelo inmóvil sin poder avanzar hacia nada? Excepto hacia la nevera, claro.

Siempre me ha gustado saber el por qué de todo y tengo tantas preguntas...
Pero lo único que sé es que quedarse inmóvil regocijándose en esos pensamientos destructivos no lleva a ninguna parte, y si lleva a algún sitio, desde luego que a ese sitio no es al que yo quiero ir.
Vale, he comida, he llorado lo que tenía que llorar, me he expresado con esto, y la vida sigue. Aquí y ahora. No importa lo que fue, no importa lo que será, sólo sé que yo aquí y ahora sé lo que tengo quiero hacer. El poder está dentro, es intrínseco a mí, porque yo soy esencia pura, y todo lo demás, lo que los demás piensen de mí, lo que los demás hagan, no es asunto mío.

P.D.: uf, ya sé para qué empecé este blog, pero que a gusto me siento ahora.

Facebook y Twitter wiiiii

2 comentarios:

  1. Qué identificado me siento con todo lo que dices.............enhorabuena por el estilo de escritura.

    Me ha ayudado mucho a no sentirme tan solo en mi problema.

    Saludos.
    Derek (blog de Yolanda)

    ResponderEliminar
  2. Gracias, ahora yo tampoco me siento tan sola.
    Muchas gracias.
    Nos leemos por el foro :)

    ResponderEliminar