domingo, 29 de diciembre de 2013

DISTORSIONES

Está claro que cada uno tiene su forma de ver el mundo y su realidad. Unos se empeñan en imponérsela al resto de la gente, otros la comparten asertivamente y otros, inseguros, prefieren creerse la de los demás.
En esa última, creerse la de los demás, también incluiría la de creerse la propia. Sí, cada uno tiene su realidad, pero a veces, nuestra cabeza tiende a distorsionarla de tal forma, que nos hace creernos cosas totalmente falsas y nos hace actuar de una forma incoherente a lo que es. O por lo menos es lo que me pasa a mí.

El otro día, encontré un pen drive por casa y lo puse en el ordenador a ver que tenía. Dentro había unas fotos de hace algo más de un año. Época en la que mi peso llegó a ser el más bajo desde los... ni lo recuerdo, porque ni poniéndome a dieta con 13 años llegué a ese peso.

Recordé cómo me sentía en esos momentos. Me sentía alegre, estaba contenta con lo que había conseguido, pero aún quería perder como mínimo 3 kilos más (aunque soy ancha, mido 1'52, así que 3kg se notan en mi cuerpo). Me seguía sintiendo gorda. Aunque hubiera perdido 23kg, seguía viéndome ese culo enorme y esa inmensa papada. Siempre anhelando más y nunca estando agusto con lo que tenía.

Pues el otro día viendo las fotos me di cuenta de que estaba flaquísima. No enferma, ¡ni mucho menos! Pero realmente me vi muy bien y me pareció que estaba loquísima por ese entonces, ¿cómo me podía ver así? Si hubiera disfrutado del momento en vez de estar esperando a que llegaran esos kilos de menos... Siempre estaba en otro lado, menos donde tenía que estar, que era allí, conmigo misma en ese momento, disfrutando de lo que tenía. Así que me lo apunto para la próxima.

También me di cuenta de que esa alegría y ese supuesto sentimiento de felicidad no eran del todo reales en ese momento. No estaba completa. Quizá el ver que has perdido un kilo y medio en una semana te puede hacer sentir bien por un rato, pero no es algo que dure. No se trata de verdadera felicidad. Perder kilos ¿a cambio de qué? Esos kilos tienen que ir acompañados de otras pérdidas, pérdida de miedos, de prejuicios contra el mundo y contra una misma sobretodo. Es lo único que te va a valer a largo plazo.

Ahora me vuelvo a ver como una morsa, y sí, es obvio que he ganado peso, pero aún podría ser peor. Yo mientras no me miro, me hago mi imagen mental de bola de grasa enooorme que le cuesta caminar. Pero volviendo a romper distorsiones mentales... el otro día nos grabaron bailando en Zumba y cuando me vi, dándome igual lo que diga el mundo, yo me vi bien, más que verme bien, simplemente, no me juzgué, lo que es, es. Siempre he pensado que si la gente piensa que estoy gorda, pues yo voy a pensar que estoy el doble y así no me llevo ninguna sorpresa. Pues se acabó lo de pensar en relación a como piense el mundo. Soy yo conmigo misma y soy la única que me puede liberar de esa carga de juicios.

Bueno, lo que quería decir con todo esto es que no siempre nos tenemos que creer lo que estemos pensando, ni del mundo ni de nosotros mismo. Que ni todo es tan negro, ni todo es tan blanco. Que todo tiene diferentes puntos de vista aunque en ocasiones nos empeñemos en ver la parte más oscura. Aunque no la quieras ver, hay otra parte, como mínimo, con un rayito de luz. Y si no lo tiene, seguro que tú tienes el poder para iluminarlo.




Estas figuritas de arcilla (ya lo sé, no soy ninguna artista), las hice en una sesión con mi Coach (osea sí, queda guay decirlo, jeje). Representan el antes y el después de ponerme a dieta. Seguía con mis distorsiones porque recuerdo, que haciendo la figura del después (la de la derecha por si no se nota), mi Coach se metió un poco por en medio diciéndome que me quitara culo, porque yo seguía poniéndole un culo enorme. Realmente me sirvieron para romper un poco con mis distorsiones porque al verlas juntas vi realmente el trabajo que había hecho, que realmente había realizado un cambio. Es más fácil apreciar el cambio externo, pero el interno estaba más que en marcha.
Me pidió que les pusiera nombre. A la figurita del después "Lucha", lucha continua, porque el cambio no es algo que se alcance y ya está. Es aprender a vivir, es caer y volverse a levantar. Es movimiento y aprendizaje continuo. Y esto para todos los ámbitos de la vida.

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